Esta pieza de la imaginaria española del siglo XVII fue realizada en 1634 por el escultor alcantarino Sebastián de Paz para la Parroquia de San Vicente Mártir del municipio de San Vicente de Alcántara (Badajoz). La intervención realizada por el conservador y restaurador Jesús Guerrero ha sido muy profunda, teniendo en cuenta la historia material que la imagen lleva consigo, pues fue un Crucificado con la advocación de las Ánimas hasta finales del siglo XIX, cuando es remodelado y convertido en Nazareno con la cruz a cuestas.

La estética de la obra sufrió en demasía atendiendo a la profunda transformación efectuada a finales del siglo XIX para transformarlo en Nazareno: las facciones de su rostro fueron alteradas, se agrandaron los párpados, se insertaron ojos de cristal y se modificó anatómicamente la posición de los hombros y el cuello. Todo ello distorsionó completamente la plástica primitiva de la imagen.

Transformación que adultera, más todavía si cabe, la restauración que una escuela taller de Somosaguas realizó en los años 80, retirando los elementos estructurales que componían su morfología desde el siglo anterior y sustituyéndolos por nuevas y deficientes articulaciones y pesado candelero. Asimismo, se aplicó una nueva policromía, despojando a la talla de todo elemento original que aún pudiera conservar.

Atendiendo a esto, y con la intención de dar dignidad a la imagen del Nazareno como tal, la intervención realizada por Jesús Guerrero ha consistido en reestructurar nuevamente la talla, respetando tanto la pose y el movimiento, como el momento iconográfico que transcurre, pero sustituyendo todos los elementos externos adheridos y componiendo una nueva morfología anatómica acorde a la hechura del Cristo.

Por ello, tanto el busto como las manos han sido reubicados en un nuevo cuerpo, después de haber recibido un profundo tratamiento contra insectos xilófagos y de haber consolidado toda la materia lígnea, atacada y descohesionada por problemas de hongos de pudrición parda y humedad.

Tras un profundo proceso de intervención y pausadas fases de taller, para la imagen se han tallado nuevas piernas, sudario y torso, se han colocado nuevas articulaciones de máxima movilidad, con pernos imantados y fijación de muelles, y se ha llevado a cabo un exhaustivo procedimiento de preparación y estucado de la madera, terminando con la aplicación de una capa polícroma acorde a la nueva estética conferida al Nazareno.