Inmaculada Concepción de tamaño algo inferior del natural (mide 152 cm de altura con la nube) para el popular barrio de San Juan en la localidad de Santa María de Guía de Gran Canaria (Las Palmas). El autor la ha tallado en madera de cedro, posteriormente policromada al óleo y doradas algunas zonas en oro fino.

Esta escultura mariana sigue el clásico recurso de la diagonal para romper la verticalidad de la silueta, de ahí que las manos estén ligeramente unidas hacia la izquierda y el manto cruce transversalmente la túnica para girar hacia la derecha. Los colores son los típicos inmaculistas (azul, blanco y jacinto) con las orillas del manto y la túnica rematadas en oro. Las sandalias, de tipo hebreo, se hallan también doradas.

El escultor canario parte del relato recogido por San Juan en el Apocalipsis, relativo a su visión en la isla de Patmos. Y aunque carece de momento de los atributos de la media luna y el aro de estrellas, muestra bajo sus plantas el orbe con el sol y el dragón, símbolo del pecado que la Contrarreforma extendió a la herejía.