La actuación se ha llevado a cabo sobre los espléndidos querubines labrados por el escultor granadino Rafael Barbero Medina para el paso neorrenacentista de la Cofradía de la Soledad de San Buenaventura (Sevilla). Son tallas de bulto redondo, esculpidas en madera de caobilla y policromadas al óleo, ideadas para el basamento central de los airosos candelabros de guardabrisas con los que se alumbran dichas andas procesionales.

La intervención del artista hispalense ha consistido en la eliminación de todos los elementos metálicos que tenían los ángeles, caso de puntillas y tornillos; colocación de unos nuevos soportes para ser cogidos a los candelabros; recomposición de la gran mayoría de los dedos; adaptación de la posición de los brazos y las alas para una mejor integración con los candelabros, y aplicación de una nueva policromía, ya que, según Madroñal Isorna, los ángeles "tenían gran cantidad de repintes y casi perdida totalmente su policromía original".