Pareja de esculturas para la Parroquia de Cristo Rey y Nuestra Señora del Valle de Córdoba, labradas por González Jurado en madera de cedro policromada a un tamaño ligeramente inferior del natural. Representan a la titular mariana del templo y al Patriarca San José, y vienen a completar el retablo mayor de la iglesia.

La Virgen se halla concebida como una joven matrona. La inestable postura y lo complicado de sus pliegues se mezclan con una apostura que conserva el clasicismo de la tradición helénica, lo que la acerca a las mejores obras del primer barroco sevillano del siglo XVII que revelan todavía el influjo del manierismo.

El santo comparte con la imagen anterior el estudio y las calidades plásticas, así como la figura del Niño en sus brazos, que puede quitarse e intercambiarse con el que lleva María. Cuando están en sus brazos muestran una actitud comunicativa. En su mano izquierda el santo porta la vara de azucenas, el atributo de su pureza.