La última creación del joven escultor e imaginero lucentino es María Santísima de la Salud, una Dolorosa de tamaño natural para vestir (mide 168 cm de altura), tallada en madera de cedro policromada al óleo.

Presenta los rasgos típicos de las obras marianas de Francisco Javier López del Espino, basados según sus palabras en modelos del siglo XVII: aniñado rostro, sereno y afilado; ojos muy rasgados; cejas remarcadas; mentón saliente, y manos de finos y movidos dedos para sujetar los atributos propios de este tipo de piezas.

Creada para una Pro-Hermandad de Conil (Cádiz), será bendecida en la próxima Cuaresma. En la galería pueden verla ricamente vestida por José A. Moreno Bernal y retratada por el fotógrafo Manolo Gómez.