NUEVA OBRA DE LOURDES HERNÁNDEZ PEÑA
12/03/2011
Se trata de un Cristo muerto de tres clavos, que se inscribe en el arbóreo madero en forma de T, con la cabeza torsionada hacia el lado derecho y los brazos bastante alineados con el travesaño, apenas describiendo un leve arco. La concepción de esta imagen, cuya advocación es Santísimo Cristo del Amor y Vera Cruz, responde a los postulados estéticos del Barroco sevillano de la primera mitad del siglo XVII. El Crucificado, cuya altura es de 186 cm, presenta una cabeza perfectamente esculpida, con el largo cabello trabajado en forma de gruesos y sinuosos mechones, divididos en el centro por una raya para dejar el flequillo algo alborotado sobre la lacerada frente. Su destino es la localidad de Villargordo (Jaén) y tendrá carácter procesional. La talla, labrada en madera de cedro, reemplaza a una obra seriada carente de valor artístico. El rostro, dolorido y descompuesto por el martirio sufrido, presenta los evidentes rasgos de la escultora e imaginera sevillana, que realiza con esta pieza su tercer Cristo en la Cruz a tamaño natural y, de camino, una de sus creaciones más meritorias hasta la fecha. Sus dientes son de marfil. La barba presenta idénticas labores a las de la cabellera, manando de su extremo un generoso caudal de sangre que divide en dos el tronco. El resto de la imagen, fijada al leño en su parte superior por las muñecas, presenta una anatomía trabajada con precisión, dibujando bien los músculos, especialmente resaltados en la zona de los hombros, los bíceps, el tórax y las piernas. El abdomen muestra pliegues en la cintura y la relajación del vientre propia de los momentos posteriores a la muerte, siendo visibles también los efectos post-mortem en las livideces de las extremidades. El sudario es de tipo cordífero, con cordón natural, abultados y complejos pliegues, y recogido en el lado izquierdo en forma de moña. Las heridas y demás señales del suplicio están también muy bien resueltas, siendo realmente dramáticas las descarnadas rodillas como consecuencia de las caídas hacia el Monte Calvario. Las carnaciones del Crucificado son suavemente tostadas, lo que acentúa el aspecto semítico de la figura. Pulsando sobre el icono que acompaña la noticia, tendrán acceso a una completa galería fotográfica de una obra que, antes de su traslado al municipio jiennense, estará expuesta entre los días 14 y 23 de marzo en la recientemente restaurada y ampliada Capilla de los Marineros, sede de la popular Cofradía de la Esperanza de Triana, situada en pleno corazón de la Calle Pureza. El horario es de 09:30 a 13:30 y de 17:30 a 21:00 horas. |
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