El próximo jueves 30 de mayo, a las 21:15 horas, tendrá lugar en el templo parroquial de Santiago, de Lucena (Córdoba), la presentación del libro El Amarrado a la COLUMNA de la Veracruz lucentina. Tres siglos y medio de devoción y cien años de COFRADÍA, escrito por el lucentino Luis Fernando Palma Robles, cronista oficial y académico.

Se trata de una edición conmemorativa del centenario fundacional de la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Columna y María Santísima de la Paz y Esperanza, con sede en la referida iglesia de Santiago Apóstol. Los donativos que se reciban por la difusión de esta publicación se destinarán a partes iguales al Comedor Social de Lucena y a la Fundación Infancia Solidaria de Lucena.

El acto de presentación de este libro se complementará con una conferencia de Palma Robles titulada El Cristo de la Cofradía de la Columna de Lucena: entre el Salterio de Stuttgart y la Sagrada Familia de Barcelona.

La imagen procesional del Señor de la Columna es una escultura policromada de bulto redondo, realizada entre 1674 y 1675 por el escultor sevillano Pedro Roldán, en madera de cedro de tamaño natural. Fue Bernabé Jiménez de Illescas, pintor local, quien la encarnó a su llegada a Lucena. Fue adquirida al imaginero por la Cofradía de la Paz y Vera Cruz por 2750 reales, y policromada por la suma de 1200 reales.

La figura muestra a Cristo en el misterio doloroso de los azotes, atadas sus manos hacia atrás en una columna de fuste bajo, adelantando su pie derecho. Destacan la expresividad de su rostro y la cuidada anatomía, con tan solo un sudario como vestimenta que deja a la vista la musculatura y osamenta del Cristo.

Ha sido sometida a varias intervenciones, la primera de ellas en los meses previos a la Semana Santa de 1972, momento en que el profesor José Ribera la trató a nivel estructural, interviniendo además su rostro. Pedro Manzano sometió al Cristo a una nueva restauración estructural durante los meses finales de 2022 y los iniciales de 2023. Actualmente se encuentra en el taller de Manzano para la segunda y última fase de restauración, centrada en su encarnadura.

A su llegada a Lucena el Señor de la Columna recibió culto en la desaparecida ermita de la Paz y Vera Cruz. Desde principios del siglo XX se encuentra en la Parroquia de Santiago. Tras varias ubicaciones dentro de su sede canónica, posee desde algún punto de la centuria anterior su altar propio en el cabecero de la iglesia, en la nave de la epístola.