GOETHE: PAISAJES
10/03/2008
Aunque su actividad como dibujante fue
constante y prolífica, el alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) no
quiso ni pretendió nunca defender una competencia profesional.
A diferencia de otras facetas de su trabajo creativo -como poeta, autor literario, pensador, geólogo, botánico y científico-, con las que obtuvo una excepcional notoriedad pública, la dedicación al dibujo tuvo para Goethe una dimensión estrictamente privada. Con todo, ese trabajo artístico, limitado en principio al espacio de la intimidad, adquiere una poderosa significación tan pronto consideramos el gran número de dibujos de Goethe que se ha conservado, su calidad y el enorme valor que tienen para comprender el rendimiento artístico e intelectual de su obra.
Por otro lado, aunque esta dedicación al
dibujo puede entenderse como el atributo de un aficionado, algo de lo que el
joven Goethe era plenamente consciente, con el tiempo le sirvió para entender
las profundas exigencias y requerimientos del trabajo artístico y formular su
conocida crítica del diletantismo. En esto, como en el conjunto de su
sensibilidad y su intelecto, el viaje que hizo a Italia entre los años 1786 y
1788 fue una verdadera revelación, una puesta en crisis de los principios
rectores de su trabajo.
El paisaje ocupa un lugar particularmente destacado entre los motivos que
Goethe trata en sus dibujos. De 1765 en adelante Goethe dibujó incansablemente
la naturaleza, tanto con vistas a documentar la contemplación directa de
paisajes concretos como por servirse del dibujo como medio de recreación
imaginativa. El paisaje es un motivo privilegiado en todo su legado de
dibujante, además de asunto indisociable de su curiosidad intelectual y
artística.
Hasta el 6 de abril de
2008 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Horario: de martes a sábado, 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas; domingo,
11:00 a 14:00 horas, el lunes la exposición está cerrada
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