Una de las últimas obras que acaba de finalizar el escultor e imaginero Salvador Madroñal Valle es una Dolorosa que ha recibido la advocación de Nuestra Señora de la Soledad y tiene como destino la veneración pública en una nueva capilla que se está construyendo en la localidad malagueña de Marbella.

Según comenta Salvador Madroñal a La Hornacina, la idea de la imagen pertenece a la persona que le hizo el encargo de la misma, Alejandro Hidalgo, quien quería por encima de todo que fuese una Virgen que recordase el prototipo de mujer sevillana. Quizás por ello traiga a la memoria los populares modelos de Dolorosa racial o castiza cultivados en el siglo pasado por Antonio Castillo Lastrucci y otros imagineros sevillanos.

Nos cuenta también el artista de Dos Hermanas que el cliente ha quedado plenamente contento con la belleza que irradia la Señora; una belleza juvenil, serena ante el dolor, de ojos oscuros, labios rojizos, carnaciones claras sin llegar a la palidez y pómulos y párpados encendidos por el llanto. La cabeza aparece ligeramente inclinada, con negra peluca superpuesta. También son postizas las rectas pestañas de los párpados superiores. De cristal son las tres lágrimas que lleva, una corriendo por la mejilla izquierda y dos por la derecha.

Pulsando en el icono, podrán ver una galería fotográfica de la Dolorosa, que incluye imágenes tomadas en el taller y en la sevillana Parroquia de San Lorenzo, donde estará expuesta hasta el próximo 5 de abril. En ambos casos, lleva ropas bordadas por José Antonio Grande de León, que también se ha encargado de vestirla.