Santa María de la Cabeza, talla en madera de cedro policromada al óleo realizada por el reconocido escultor e imaginero para la Parroquia de San Isidro Labrador del municipio malagueño de Cártama.

Aparece en el momento en que se produce el milagro del río Jarama, cuando la santa, para probar su virtud tras un oprobio ante su esposo San Isidro, tendió una mantelina sobre las aguas, se puso en pie sobre ella y cruzó hasta la ribera opuesta para encontrarse con el santo labrador, que salió a su encuentro emocionado y emotivo.

En el momento en que se produce el milagro, María cubría su cabeza con toca blanca de casada, y llevaba un corpiño de cuero, propio de las campesinas castellanas, y larga falda hasta los pies, así como una alcuza de aceite en una mano y una antorcha encendida en la otra, atributos con los que se suele representar iconográficamente a la santa de Uceda.

De tamaño natural y bulto redondo, cabe resaltar la plástica naturalista de esta figura, tanto en el idealizado rostro como en el detallado estudio de los paños, buscando siempre el autor las formas exquisitas y dúctiles.