Hablamos de un medallón con la venerada efigie sevillana de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder (Juan de Mesa y Velasco, 1620). Se halla realizado en terracota para una colección particular. La pieza mide unos 40 cm de diámetro y se trata de una primera copia perteneciente a una serie limitada.

Las facciones semíticas del Nazareno, recias y viriles, no representan a un joven de apolínea belleza, sino a un maduro miembro de la raza judaica, humillado por el vil escarnio al que es sometido. La voluminosa corona de espinas termina en cabeza de serpiente, símbolo tanto de poder divino como de pecado original.