NUEVAS OBRAS DE ESCULTURA SACRA

Con información de Sergio Cabaco, Juan Dobado y sus autores (06/03/2025)


 

Nota de La Hornacina: noticia ampliada el 10/03/2025.

 

     
     
 
     
     

 

Javier Roán

Hoy ha sido presentada y bendecida esta nueva imagen de Santa María Magdalena en Sevilla. Su destino es el templo carmelitano del Santo Ángel. Ha sido donada por una feligresa del convento, también hermana de la Agrupación del Santísimo Cristo de los Desamparados y María Santísima de la Salud.

Se trata de una imagen de tamaño natural, realizada en madera tallada y policromada por el escultor e imaginero hispalense Javier Roán para figurar en los altares de culto que se montan en el altar mayor del Santo Ángel al Cristo de los Desamparados, el magistral crucificado de Juan Martínez Montañés. Una idea muy habitual en las hermandades sevillanas que cuentan con algunas imágenes de los personajes cercanos a Cristo en su la Pasión para sus altares de culto.

La santa forma parte de un proyecto que se quiere completar con la imagen de San Juan Evangelista, recordando aquel año de la pandemia del COVID-19 en el que las imágenes sobre la misma iconografía de la Hermandad de la Lanzada permanecieron en el altar de cultos durante Cuaresma y Semana Santa.

La Magdalena de Roán consta de dos candeleros y doble juego de manos, para poder ponerla a los pies del Crucificado, en el altar de cultos, con las manos entrelazadas, o como se presenta actualmente, con las manos abiertas, sujetando un pañuelo y un pomo de plata de los ungüentos del siglo XVIII.

El autor ha sabido imprimir en el rostro una unción antigua, con una policromía clara con mejillas sonrosadas y expresivas manos muy bien modeladas. Se completa con rico ajuar: saya de la Virgen de la Salud, mantolín brocado del siglo XVIII, pecherín y pañuelo del siglo XIX, y valiosas joyas de los siglos XVIII y XIX, destacando un collar de platino y brillantes o unos pendientes en oro y brillantes.

Santa María Magdalena se estrenará en el altar de cultos del crucificado de Montañés en esta Cuaresma, durante sus cultos que tendrá lugar del 24 al 29 de marzo. Posteriormente, ocupará algún lugar en el templo, pendiente aún de su decisión definitiva, aguardando la llegada del San Juan.

 

     
     
 
     
     

 

Jonathan Alonso

Nueva talla de un Niño hebreo realizada por el escultor-imaginero roteño para la Hermandad de La Borriquilla de La Carolina (Jaén). La imagen está ejecutada en madera de cedro y policromada al óleo, con una altura de 90 cm. Su tamaño está realizado en proporción a la imagen de la Entrada de Jesús en Jerusalén, ya que es de unas dimensiones inferiores al natural. Es una obra de vestir, conocida como "de pijama", en la que el cuerpo ha sido tallado mediante la talla directa, lo que aporta una sensación de naturalidad y cercanía.

El rostro refleja una expresión serena y devocional, con una mirada que transmite dulzura e inocencia. La policromía realza los matices de la piel, otorgándole una apariencia cálida y realista. El atuendo, túnica blanca y mantolín con rayas ocres, ha sido confeccionado para reforzar la autenticidad y el simbolismo de la figura. El gesto de la mano izquierda levantada, en actitud de bendición, y la rama de olivo en la mano derecha, aluden a la aclamada venida del Mesías, dotando a la obra de un profundo significado litúrgico.

La talla destaca por la delicadeza en la ejecución de los detalles anatómicos y la expresividad de la mirada, evidenciando el dominio técnico y la sensibilidad artística del escultor. La imagen, además de su función procesional, se convierte en un símbolo de la espiritualidad y la tradición de la Hermandad, consolidando el valor artístico y devocional de esta obra dentro del patrimonio religioso de La Carolina. Fue presentado y bendecido ayer domingo 9 de marzo, a las 12:30 horas, en el templo parroquial de la Inmaculada Concepción de La Carolina.

 

 
 

 

Salvador Madroñal

Imagen mariana a tamaño real, en madera de cedro tallada y policromada al óleo para vestir, que representa la popular iconografía de la Divina Pastora. El escultor e imaginero sevillano ha contado con la colaboración de Pilar Cumplido, que ha confeccionado la peluca, y Esteban Sánchez, encargado de su atavío según la visión de Fray Isidoro de Sevilla.

La obra se exhibe actualmente en el Castillo de San Jorge (Triana) por Del esbozo a la gloria, el viaje del Arte Sacro, una exposición dedicada al arte sacro sevillano, clásico y contemporáneo, que podrá verse durante seis meses en horario de 10:00 a 17:00 horas (martes a domingo).

Fotos: Manuel Pérez García.

 

     
     
 
     
     
 
     
     

 

Alejandro Hernández

Con motivo de la elección de la escultura del Señor Preso de la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción para el cartel de la Semana Santa de La Orotava 2025, se encargaron al escultor villero Alejandro Hernández unos nuevos ángeles cordoneros, que serán estrenados en la próxima Semana Santa como parte del conjunto procesional del Cristo y que actualmente presiden el altar de Cuaresma.

Este Cristo, encargado en el siglo XVII por la Confraternidad de las Lágrimas de San Pedro, forma un conjunto con un San Pedro penitente que originalmente contaba con su propia capilla y retablo dentro del templo. La morfología de la escultura ha llevado a la historiografía insular a atribuir su autoría al escultor Alonso de la Raya (hacia 1619-1690) y su taller, que produjo numerosas obras para el archipiélago canario.

La restauración del retablo del Señor Preso, finalizada en 2023, permitió reinstalar de forma permanente sus ángeles cordoneros en la hornacina. En este contexto, desde la colección museográfica "El Tesoro de la Concepción" y en preparación para los cultos de la imagen, se propuso la ejecución de dos nuevos ángeles que complementaran el conjunto procesional, reproduciendo la estética que la obra presenta en la hornacina y siguiendo la iconografía de otras imágenes similares en la geografía canaria.

Las esculturas han sido realizadas por Alejandro Hernández mediante una técnica mixta que combina los procedimientos tradicionales de la escultura policromada con las nuevas tecnologías de producción digital. En primer lugar, se modelaron en barro de manera tradicional, configurando las formas y posiciones básicas de los ángeles cordoneros, lo que permitió realizar ajustes en su morfología según las indicaciones del comitente. Posteriormente, se digitalizó el modelo y se perfeccionó el diseño mediante programas de modelado digital, lo que permitió refinar detalles que pueden pasar inadvertidos en el proceso tradicional. Para su producción en material definitivo, se utilizó ácido poliláctico, lo que garantiza la ligereza necesaria para su inclusión en el trono procesional sin añadir peso adicional. En cierto sentido, este material recuerda la técnica original de los ángeles cordoneros del siglo XVIII, realizados en papelón y telas encoladas. Finalmente, se llevó a cabo el estucado, dorado y policromía con métodos tradicionales, adaptados en sus variantes metodológicas para garantizar su correcta conservación.

En la confección de los ornamentos textiles participaron María Candelaria Hernández y Maribel Rodríguez, responsables de la elaboración de trajes y enaguas, respectivamente, mientras que Daniel Benítez se encargó de la elaboración de las coronas de flores en tela con bisutería y Adolfo Padrón Pacheco la realización de las peanas. Para las vestimentas, se tomó como referencia el patrón de otras piezas de la colección museográfica, logrando un equilibrio entre la estética de las piezas históricas y la contemporaneidad de su ejecución.

Con esta aportación, el conjunto procesional del Señor Preso se completa, recuperando su posible configuración original, similar a otros ejemplos coetáneos de la geografía insular.

 

     
     
 
     
     
     
     
 

 

Juan Ortega Peña

La primera obra del escultor-imaginero es una Dolorosa que ha sido presentada en la Parroquia de Santa María de Jesús de Lebrija (Sevilla). Esta imagen, fruto de años de formación y dedicación, causó un gran impacto positivo entre los numerosos asistentes, quienes han elogiado la belleza y el detallismo con el que ha sido realizada.

Representa a la Virgen en una actitud de profundo recogimiento y dolor. Ha sido tallada totalmente en madera de cedro real, estucada y con un acabado de policromía al óleo y cera natural. Lleva lágrimas de cristal, pestañas de pelo natural, dientes de protésico dental y brazos articulados.

Destaca por su realismo, expresividad y calidad artística, atributos logrados gracias al uso de materiales y técnicas tradicionales combinadas con un enfoque personal del autor. El rostro transmite un profundo sentimiento de tristeza y compasión, con ojos entrecerrados y cejas arqueadas hacia el centro, lo que refuerza la sensación de dolor contenido. Las mejillas ligeramente sonrojadas y los labios entreabiertos aportan un efecto de gran humanidad y emotividad.

Actualmente, la imagen no cuenta con un destino definido, ya que está disponible para su posible adquisición por parte de alguna hermandad o institución interesada.

Para Juan Ortega Peña, este proyecto ha supuesto un desafío personal y profesional, con el objetivo de crear una imagen de la máxima calidad artística, cuidando hasta el último detalle en su ejecución. Durante su proceso de formación, tuvo la oportunidad de conocer y aprender de grandes artistas, entre ellos su maestro, el escultor imaginero Ángel Pantoja Carrasco, cuya influencia ha sido clave en su desarrollo artístico.

 

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