El pasado 14 de junio se inauguró la estatua de Antonio Gala que, a partir de ahora, preside el bulevar de Gran Capitán en el centro de la ciudad de Córdoba. La escultura, de gran belleza, representa de medio cuerpo al célebre escritor, poeta y dramaturgo, con uno de sus característicos bastones en mano y mirando hacia el edificio del Gran Teatro, cuyo escenario acogió algunos de sus estrenos más exitosos.

Es una escultura del polifacético artista plástico César Orrico Méndez (Logroño, 1984), residente de la séptima promoción de la Fundación Antonio Gala, quien también participó en la inauguración, y recibió numerosas felicitaciones del público asistente a un acto en el que los integrantes del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena fueron los encargados de amenizar con música diversos momentos del acto.

Tras cursar estudios de Bachillerato Artístico en la Escuela de Artes y Oficios de Logroño, César Orrico se trasladó en 2002 a Madrid para licenciarse, cinco años más tarde, en Bellas Artes, en la especialidad de Escultura por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En 2008 finaliza sus estudios en el Master Oficial de Posgrado en Arte, Creación e Investigación por la UCM con la calificación de Matrícula de Honor.

Este monumento ha sido promovido por la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores y el Ayuntamiento de Córdoba. La Fundación, creada por el propio Gala en el año 2002 con el propósito de ser un paso decisivo para que una selección de jóvenes pueda cumplir su deseo de dedicarse por siempre a la creación artística, tiene su sede en el antiguo convento cordobés del Corpus Christi, que data del siglo XVII.