Se trata de un Niño Jesús de Pasión labrado por Juan José Páez Álvarez para una colección particular de Archena (Murcia). La obra, que mide 38 cm de altura (64 cm incluyendo la cruz y la peana marmoleada y dorada sobre la que se asienta), está realizada en madera de cedro policromada al óleo.

Las representaciones del Niño Pasionario derivan del Concilo de Trento (1545-1563) y sus deseos de extender en el pensamiento cristiano la tierna inocencia de aquel que había nacido para morir en la cruz. La idea era retrotraer a la infancia de Jesús las características del Jesús adulto, dando lugar a inquietantes prefiguraciones para crear una dialéctica entre la dulzura y ternura infantil con la tragedia del drama pasionario.

Esta pieza del joven artista calasparreño, inspirada en los modelos del siglo XVIII, lleva bastante lejos ese sentimiento trágico, que busca también provocar la compasión de los fieles, al mostrar al tierno Infante llorando mientras carga pesadamente con el tosco madero y tiende su mano derecha a la piedad de los fieles.