Se trata de una Dolorosa realizada en barro cocido y policromado al óleo para la exposición Duelo y Tristeza, inaugurada el pasado 22 de febrero en la cafetería-bar Puerta Oscura de Málaga. Aparece acompañada por San Juan Evangelista, un simulacro cuyo busto fue presentado en La Hornacina el 18 de abril de 2012.

Bajo un sobrecogedor estilo hiperrealista -conviene aclarar que no estamos, en este caso, ante un retrato tomado del natural-, la Virgen escenifica el momento del duelo posterior a la muerte de Jesús, cuando recibe el consuelo del Discípulo Amado. Es una figura de maniquí para vestir, con pestañas de pelo natural colocadas en ambos párpados y el ajado rostro bañado en lágrimas que se pierden por la barbilla y el cuello.

El joven artista escapa de toda idealización divina, tanto a la hora de mostrar la apariencia real de María como al recurrir a una representación que, sin olvidar su carácter trágico e infinito, es plenamente consciente de la vida, la muerte y la vejez, lo que la aproxima decididamente al carácter provisional del cuerpo humano.