Muriendo por amor

Es la última representación de Cristo del autor, concentrada en el torso desnudo. Entronca con la línea experimental que inicio con el crucificado de pequeño formato, modelado directo con papel, ya presentado en la muestra titulada Creencias y posibilidades (ver enlace). Nuevamente busca la creación contemporánea pero sustancialmente barroca y originaria de la raíz de la imaginería religiosa, con una explosión plástica de puro colorido aplicada con espátula (sirviendo la base y el mismo soporte como paleta de la pintura), así como una expresividad notoria, fusionándose en la obra los conceptos modernos y tradicionales. En síntesis, es un Jesús vivo que está entregando la vida y perdonando a sus asesinos, ejemplificando su amor al prójimo. En este sentido, Sergio Parra ha basado su experiencia artística en sacrificar la línea clásica de la cual procede por una apuesta inédita y arriesgada, pues ¿qué recompensa se tiene cuando solo se ama a aquellos que te aman?

En manos del hombre

Esta obra representa el sufrimiento y la fragilidad del mundo femenino que, generalmente, se posiciona fácilmente vulnerable frente a la fortaleza física intrínseca del ser masculino. En relación con el proceso formal y conceptual, la escultura evolucionó desde una recreación inicial naturalista de la mujer hasta la interpretación final, donde el autor saca la conclusión que no corren tiempos para deleitarse, sin más, ante un género tan maltratado y perseguido a lo largo de la historia. Por extensión, se trata de un símbolo femenino que también se asocia con la misma naturaleza, nuestro planeta Tierra, que es objetivo del poder destructivo del ser humano por el que peligra nuestra propia existencia. En cuanto al estilo se acerca al expresionismo, el organicismo y el surrealismo. Técnicamente, es un modelado vaciado en yeso.