Israel Redondo recrea de nuevo la figura de San Francisco de Asís con una efigie de reducidas dimensiones (mide 35 cm de altura) modelada en terracota policromada al óleo para una colección particular de Murcia. Si el pasado año llevó a cabo un simulacro del santo caracterizado por una suave naturalización dentro de la evocadora espiritualidad que casi siempre desprenden sus representaciones, en esta ocasión incide en el dramatismo que conlleva su condición de penitente, místico y visionario que recibe las llagas de la Crucifixión.

San Francisco, en pleno éxtasis, mira crispado la cruz que sujeta con la mano izquierda mientras se lleva la derecha al pecho y las heridas brotan frescas de sus carnes. Tanto las facciones, fielmente descritas por el biógrafo Tomás de Celano, como la disposición de los brazos recuerdan el espléndido San Francisco Estigmatizado del borgoñón Juan de Juni que se conserva en el monasterio vallisoletano de Santa Isabel.

La aspereza del hábito, la tosquedad de la cruz (dos simples varas de madera unidas por una soga) y la textura barrosa de un material que parece sin terminar refuerzan el profundo espíritu ascético de esta estatuilla.

Pulsando en el icono que encabeza la noticia, podrán ver más fotografías de una obra que ha estado expuesta en el altar de cultos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, titular de la popular Cofradía de la Hiniesta con sede canónica en el templo sevillano de San Julián, durante la semana del 24 al 30 de enero del presente año.