El cada vez más reconocido escultor e imaginero hispalense Javier Roán acaba de realizar una imagen en terracota policromada al óleo, de 55 cm de altura, para el culto privado.

La imagen, que ha recibido la advocación de Nuestra Señora de la Victoria, presenta modelado un corpiño abotonado en su parte delantera y ceñido en la trasera con un pequeño lazo estofado, a modo de los jubones femeninos que tan de moda estuvieron en la Corte de España durante siglos pasados.

El preciosista rostro, de grandes ojos, perfil clásico, prominente labio superior y barbilla tocada con hoyuelo, muestra una expresión algo ausente en la que se mezclan dulzura y gravedad. De carnaciones nacarinas, la Virgen porta el cetro de su realeza en la mano derecha.

Pulsando en el icono, podrán ver más fotografías de un simulacro mariano ricamente adornado que se acerca a la tipología de la imaginería del siglo XVIII de tipo conventual.