Grupo escultórico de la Natividad de Jesús, realizado por Santiago Rodríguez López para el culto doméstico de la familia Llamas Grech, en la ciudad de Murcia. Constituye el último trabajo del artista murciano, que habitualmente se dedica a la restauración de obras de arte y a la pintura, siendo una de sus escasas incursiones en el mundo de la escultura y la segunda pieza de bulto redondo que modela de forma íntegra sin aditamento alguno, después del Nacimiento en miniatura que realizó para otra colección murciana en 2015.

La escena se asienta sobre los restos de un espacio arquitectónico en ruinas, invadido por el musgo y una incipiente vegetación que brota simbólica ante el prodigioso nacimiento del salvador. Entre la vegetación y los restos de revestimientos que se agrupan en la base se dispone una placa en mármol, con una moldura superior en la que se puede leer la leyenda "Et in terra Pax".

Sobre una agrupación de piedras desgastadas se encuentran las figuras de la Virgen y el Niño, así como el cesto de mimbre que sirve de cuna al recién nacido, dormido plácidamente en el regazo de su madre. Ambos conforman una delicada escena en la que María se entrega con gesto dulce y solemne a la tarea de la salvación, toda una alegoría de la nueva Eva que se pone de manifiesto en la manzana que sostiene el divino infante. A la izquierda de la Virgen aparece la imagen de San José, que se aproxima a la maternal escena contemplándola con gesto de tierna admiración.

Realizadas con una proporción de 30 centímetros, en el caso de la figura del patriarca San José, las figuras han sido realizadas en barro, cocido y policromado al óleo, con acabados a pulimento en encarnaduras y mate en determinadas zonas, pretendiendo con ello Rodríguez López enfatizar la naturaleza de cada uno de los elementos representados. Todo el misterio se asienta sobre una pequeña y fina peana de madera, material con el que se ha tallado igualmente la vara o cayado que sostiene San José en la mano izquierda.