Se trata de una efigie procesional para la Ilustre Archicofradía y Antigua Hermandad del Dulce Nombre de Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres, Jesús Atado a la Columna, Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes, Santo Entierro y María Santísima de las Ánimas, del municipio malagueño de Álora.

Esta representación de Cristo muerto mide 185 cm de tamaño y ha sido labrada en madera de cedro policromada al óleo. Fruto de un largo proceso de trabajo por parte del autor, el boceto de la misma se presentó en el año 2008, pero por distintas circunstancias no fue hasta el pasado 2 de abril cuando, una vez concluida, tuvo lugar su bendición, procesionando doce días después en la jornada del Viernes Santo.

La obra, que conserva señales del tormento sufrido como las incontables heridas y el rictus de dolor en su rostro, sustituye a una anterior que no era del agrado de la cofradía. Por el taller de Pérez Rojas pasó también el año pasado la Dolorosa titular de dicha corporación de penitencia, la Virgen de las Ánimas, para ser restaurada.