Se trata de una imagen de Cristo crucificado realizado para el Colegio Altasierra de Espartinas (Sevilla). Es una obra que mide 100 cm de altura, tallada en madera de cedro y policromada al óleo. Fue presentada y bendecida ayer viernes, 6 de marzo, antes de presidir el Vía Crucis celebrado en dicho centro escolar del Aljarafe.

El escultor lo representa vivo y bastante sereno en el madero, callado, con un leve gesto de dolor y una suave inclinación de la cabeza hacia el lado izquierdo. Casi parece en su esencia una interpretación personal y puesta al día de las majestades románicas, caracterizadas por la imponente divinidad de Cristo ante el espectador por encima del reflejo de las emociones propias de su naturaleza humana.

Por lo demás, tanto la composición en triángulo como las fórmulas naturalistas, entre otros detalles, están en total sintonía con el Barroco sevillano. Pérez Rojas talla la corona de espinas en el bloque craneal, así como pliegues angulosos en un perizoma que se anuda discretamente en el costado derecho. La cruz es cilíndrica, arbórea y provista de llamativos nudos dorados. El acróstico INRI, sobre tablilla, posee gran tamaño.

Aunque sea una figura de dimensiones inferiores al natural, su bien modelada anatomía, atlética y de alargados miembros, hace suponer un tamaño mucho mayor. Las carnaciones son ligeramente tostadas y con efectos sanguíneos limitados a las llagas y a las heridas en la frente y las rodillas, que son fruto de los tormentos.