La figura restaurada, recientemente devuelta al culto en la sevillana parroquia de san Nicolás de Bari, es una obra del siglo XVIII que representa a San Miguel Arcángel derrotando al demonio. Se halla realizada en terracota y telas encoladas, policromada y estofada al temple.

Corresponde con las formas de hacer del afamado escultor sevillano Cristóbal Ramos (1725-1799), que posee una amplia producción en la ciudad de Sevilla, especialmente en conventos y parroquias.

El estado de conservación de la obra era lamentable, presentando mutilaciones y roturas que impedían mantener en pie la figura. La intervención realizada por la restauradora sevillana Carmen Bahíma ha seguido un criterio de conservación y restauración que ha consistido básicamente en:

 

- Consolidación de la peana y la estructura, quebrada y fragmentada.

- Fijación de la policromía.

- Limpieza y consolidación de las telas encoladas.

- Reposición de su mano derecha.

- Reintegración cromática de la obra.

 

Esta escultura de San Miguel Arcángel coronaba el retablo del Cristo de la Sangre de la citada parroquia. La gran reforma que sufrió el templo en el siglo XVIII provocó ciertos cambios en la distribución de algunas imágenes y la nueva construcción de retablos en la cabecera del templo y en la nave de la epístola.