Se trata de una pintura de finales del siglo XVIII que pertenece al museo sevillano del Santo Ángel. Representa a la Virgen de Gracia, patrona de Carmona (Sevilla), firmada por María Casilda de la Vega -"María Casilda de la Vega me pintó", reza en uno de los pedestales del retablo pintado-. Aunque se adivinaba la representación mariana de la que se trataba, no se podía leer la filacteria en su totalidad antes de su restauración.

La pintura es una de las múltiples muestras de la riqueza mariana iconográfica que atesora el Museo del Santo Ángel, que sigue con su labor de restauración y conservación de su patrimonio artístico.

La pintura parte de los grabados conocidos de la Virgen de Gracia, con los ángeles de la peana y el retablo de columnas salomónicas. La intervención ha pretendido devolver la lectura original de la obra. Para ello, se ha recuperado parte del lienzo que permanecía oculto, trasladando la pintura a un nuevo bastidor con las medidas originales. Gracias a este proceso, como hemos apuntado, se ha rescatado la filacteria inferior donde se recoge la advocación de la Virgen y parte de la arquitectura que rodea a la misma.

Tras la consolidación de esta pintura de la Virgen de Gracia, se ha procedido a la limpieza de una oscura y gruesa capa de suciedad que velaba la policromía original, ocultando algunos detalles de gran importancia, caso de la propia firma de su autora, María Casilda de la Vega.

La intervención ha sido llevada a cabo por los restauradores Antonio Vera y Jairo del Toro, quienes han llevado a cabo un magnífico trabajo de rehabilitación de esta bella pintura mariana.

Entre los diferentes procesos realizados, mencionamos la reintegración volumétrica y cromática de las lagunas, finalizando la intervención con el barnizado final. El resultado de los trabajos de restauración pone de relieve una mayor calidad de la figura mariana, mientras que la arquitectura se halla más desdibujada.