COMIENZA LA RESTAURACIÓN DEL RETABLO DE SAN JOSÉ EN LA CATEDRAL DE SEVILLA

01/05/2024


 

 
 

 

Dentro de la continua labor de revisión y conservación preventiva llevada a cabo por la Catedral de Sevilla sobre el conjunto de sus bienes muebles, se van a comenzar los trabajos de restauración integral sobre el retablo de San José y su conjunto escultórico, ubicados en la capilla con el mismo nombre.

La realización del retablo de San José se inscribe en la remodelación que se hizo de la capilla homónima, que, a su vez, está relacionada con la construcción de las dependencias del ángulo suroeste de la catedral hispalense. En la capilla había en un principio varios retablos; el mayor, dedicado a San José, estaba ubicado en su muro sur y ocultaba la ventana.

El retablo de San José no solo supuso la implantación del neoclasicismo en la catedral, también fue modelo de otros retablos. Su construcción no debe interpretarse solo como un triunfo de la Academia de San Fernando, sino también como un cierto hartazgo de las formas barrocas en el último tercio del siglo XVIII por parte del Cabildo Catedralicio, unido a una inclinación por las neoclásicas que fue creciendo conforme pasaban los años.

Prueban dicha inclinación las obras realizadas en el templo entonces: la monumental reja de la Capilla Real, trazada por Sebastián van der Borcht, o la caja del reloj de la tribuna del brazo sur del crucero, que debió trazar Miguel Núñez. En ambas hay una apuesta por el clasicismo, a lo que hay que sumar la participación de Miguel Fernández y Francisco Sabatini en la reforma del Sagrario en 1779.

 

 

El retablo es de estilo neoclásico, compuesto de mármoles polícromos y ágata en combinación con elementos metálicos sobredorados. Sus esculturas principales están realizadas en madera, polícromas y estofadas o enmarmoladas; es decir, de madera pintada de blanco, simulando mármol.

En cuanto al autor material del retablo, el archivo de la Catedral pone de manifiesto que fue Manuel Núñez, quien ideó la reforma de la Capilla de San José, lo que pasaba por eliminar sus antiguos retablos, aligerando el peso soportado por su cripta, y reparar sus muros. A ello se unía la realización de su solería y de un nuevo retablo en piedra y bronce. Núñez compró los materiales con los que se hizo la obra. Esta labor y su construcción, eran cometidos propios del maestro mayor del templo, quien los llevó a cabo entre 1799 y 1801, justo antes de morir a comienzos de 1802. Las trazas del retablo fueron realizadas en 1799 por Juan Pedro Arnal cuando era director de Arquitectura en la Academia de San Fernando.

La nueva imagen titular fue realizada por el afamado escultor valenciano José Esteve y Bonet, quien recibió en 1801 por ella 7.500 reales. La antigua fue solicitada por un particular para la parroquial de Espera (Sevilla), si bien el Cabildo Catedralicio se lo negó. No es extraño que el Cabildo no quisiese dar el antiguo San José, que no es otro que el famoso ejecutado por Pedro Roldán en 1664, debido a su gran calidad. El murciano Giraldo Bergaz hizo las restantes esculturas: San Miguel Arcángel y San Blas, policromadas, en las calles laterales, y Santa Lucía, Santa Teresa de Ávila, dos ángeles y el tondo con la Virgen entregando el Rosario a Santo Domingo de Guzmán, enmarmoladas, en el ático. Por su parte, Juan de Escacena se hizo cargo del dorado de las bazas y los capiteles.

Esta intervención tiene previsto un tiempo de ejecución de cinco meses, correspondiendo a la restauración integral de la escultura principal de San José y a la limpieza y tratamiento de conservación del retablo y de las esculturas secundarias de San Miguel Arcángel y San Blas.

 

 
 

 

FUENTES

RECIO MIR, Álvaro. "El retablo de San José y la implantación neoclásica en la Catedral de Sevilla", en Laboratorio de Arte, n º 11, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1998, pp. 253-273.

 

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