Imagen de pequeño formato (mide unos 60 cm de altura) de la Virgen Dolorosa, modelada en terracota, que el escultor e imaginero cordobés ha patinado y reflejado a base de mica con destino al culto privado, después de presentarla como modelo para su reproducción en el certamen de escultura organizado por la Hermandad Sacramental de la Sagrada Cena de Valladolid para la elección de su titular Nuestra Señora del Sagrario.

Ha sido representada iniciando el camino hacia el trance pasionista que le aguarda y que culmina en el encuentro con Jesús durante su andadura hacia el monte Calvario, donde tendrá lugar, a través de la crucifixión, el sacrificio de Cristo por la redención humana. Entre sus manos se ha colocado el santo rosario, un símbolo tan anacrónico como popular del consuelo que María pudiera llegar a obtener a través de su rezo.

El autor se inspira en modelos centroeuropeos de pesados y ampulosos ropajes, dejando su huella personal para el rostro, cabellera y manos, una de las cuales lleva al pecho como señal de la opresión que la angustia. El amplio reportaje fotográfico de la Dolorosa ha sido realizado por Enrique Santos Rey en el nuevo estudio de Alfonso Castellano, situado en el nº 4 de la calle Doctor Manuel Villegas del barrio de Levante (Córdoba).