Manifestación y representación pública, el Carnaval es rito, fiesta, juego y símbolo. Como ritual de liberación, muestra el lado más cómico y grotesco de la realidad, por medio de la trasgresión, la exageración, la subversión, la distorsión y la parodia.  Como fiesta pública, permite la participación en una gran mascarada en la que todos y todas somos actores y personajes. Como fenómeno simbólico, cuestiona y manipula el orden social existente, las normas y las categorías sociales bajo la inversión simbólica sexual, de edad, de estatus y de naturaleza.

El Carnaval es, por tanto, una performance, una teatralización en la que máscaras, disfraces, caretas, antifaces y maquillajes son elementos imprescindibles para la creación de personajes.

Los rituales públicos del Carnaval que se despliegan en la simulación de identidades también están presentes en el ámbito de lo privado, en el que la masculinidad es una farsa y la feminidad una mascarada. Construcciones sociales y modelos de comportamiento impuestos en función de nuestro sexo, los géneros se perpetúan a partir de la repetición de estereotipos, nos marcan como comportarnos, como actuar, nuestra tendencia sexual y cuáles deben ser nuestros gestos, movimientos, actitudes, expresiones y manera de vestir. Las repeticiones continuadas de estos modelos convierten al género en algo natural que determina y define nuestra identidad.

El arte y otros campos de la creación artística como la música han contribuido a dotar de visibilidad a los debates en torno a la identidad  de género. Se trata de propuestas y prácticas artísticas que reivindican la desestabilización de los modelos impuestos, revelando la ambigüedad en los procesos de construcción de identidades y estableciendo a su vez, nuevas posibilidades con estrategias que transitan por la indefinición sexual, el travestismo, la mascarada y la androginia.

Juego de Máscaras. La Identidad como Ficción reúne la obra de artistas  que se adentran en la noción de género como constructo socio-cultural que puede -y debe- ser deconstruido e incluso parodiado, y en las posibilidades de un "yo" antes rígido y hermético, ahora maleable, mostrando una de las inquietudes y deseos de la sociedad contemporánea, que es por otro lado la esencia misma del Carnaval: la voluntad de cambiar de identidad difuminando las categorías y poniendo en entredicho la propia definición del "yo", subvirtiendo las normas y traspasando los límites.

Más de medio centenar de piezas -entre pinturas, vídeos, instalaciones y fotografías-, que datan de los 70 hasta la actualidad, conforman esta muestra que ofrece una reflexión sobre la construcción y la creación de identidades y sobre la ambigüedad de las mismas. El visitante tendrá la oportunidad de ver obras firmadas por artistas internacionales, nacionales y locales, entre los que se encuentran Ana Laura Alaez, Oliver Behrmann, Julia Galán Serrano, Manu Arregui, Yasumasa Morimura, Valerie Belin, Patricia y Marie-France Martin, Christian Stromholm, Pedro Meyer, Joel-Peter Witkin, Pierre Moliner y Meritxell Santos.

En Juego de Máscaras se ha querido hacer un guiño al glam-rock, un movimiento musical que surgió a mediados de los años 70 y que replanteó más que ningún otro esa idea de ambigüedad.