Se trata de una escultura de Cristo Yacente a tamaño natural (180 cm), tallada en madera de cedro y policromada al óleo, con la almohada dorada y estofada al temple. Esta imagen irá ubicada en la Iglesia de San Pedro de la capital de Venezuela y procesionará el próximo Viernes Santo por las calles caraqueñas.

El escultor e imaginero sevillano se aleja un tanto de las raíces estéticas de su entorno para evocar las creaciones castellanas sobre el tema del maestro Gregorio Fernández y su círculo, lo que da como resultado una figura modelada con gran interés por el estudio anatómico post-mortem.

Contemplada para ser apreciada desde cualquier punto de vista, hablamos de una obra procesional muy cruenta; latigazos, golpes y copiosos caudales de sangre se reparten por sus carnes, y en su rostro observamos el gesto dolorido del martirio. Respecto a la cabeza, girada hacia la izquierda, ofrece el cabello y la redondeada barba ondulados; peinada la melena al centro y con una afilada guedeja extendiéndose por el pecho.

Pulsando sobre el icono, tendrán acceso a más fotografías de un Varón de robustas formas que se presenta despojado de exornos y, prácticamente, de paños de pureza, ya que carece de sudario y solamente un fragmento de lienzo, estratégicamente colocado en diagonal sobre su cadera izquierda, evita la total desnudez.