Escultura mariana que representa la Inmaculada Concepción, de pequeño formato (mide 40 cm de altura), realizada en madera de cedro dorada en oro fino, estofada al temple al huevo y policromada al óleo.

La Virgen, de idealizada belleza, alza la humilde mirada al cielo, recoge sus manos con delicadeza sobre el pecho y sostiene su manto con el brazo derecho, a diferencia de lo habitual. Un gran mechón de pelo ondulado cae sobre el hombro izquierdo. Su destino es una colección particular de Madrid.

El autor la muestra erguida sobre escabel a modo de nube con querubines. Los colores de los ropajes son los propios de la iconografia: manto azul profusamente ornamentado y túnica cruda con decoración vegetal.