El escultor acaba de realizar una copia de la patrona de su localidad natal, conocida popularmente como La Purísima, para una colección particular torrevejense.

La obra de Víctor García Villalgordo no reproduce la actual efigie de José María Ponsoda Bravo tallada en el año 1940 (imagen inferior), sino la Inmaculada Concepción de José Puchol Rubio (1791), desaparecida en la Guerra Civil y en la que Ponsoda se inspiró para labrar su simulacro de posguerra.

De la obra de Ponsoda solo ha tomado Víctor García las policromías, vistiendo la Doncella túnica blanca, manto azul y toca verde con rayas, sujeta a modo de echarpe, que deja descubierta su larga cabellera.

Casi todo el esquema de esta pieza inmaculista toma un sentido ondulante: los bucles del pelo, los pliegues del traje y la forma de la nube, en la que apreciamos cinco cabezas aladas de querubines y la cabeza de un dragón, símbolo del pecado, que aplasta con su pie derecho. Mide 120 cm de altura.