El Cementerio de La Recoleta se encuentra ubicado en el barrio del mismo nombre. Declarado Monumento Histórico Nacional, es uno de los cementerios con mayor riqueza histórica y arquitectónica del mundo, formando con los jardines que están a su alrededor uno de los parques más populares y bellos de Buenos Aires.

El nombre de la zona se debe a los frailes recoletos descalzos, que en el siglo XVIII construyeron en el lugar, entonces a las afueras de Buenos Aires, un convento y una iglesia, actual Parroquia del Pilar. Cuando la orden fue disuelta en 1822, la huerta del convento fue convertida ese mismo año en el primer cementerio público de la ciudad. En 1871, cuando Buenos Aires fue asolada por una epidemia de fiebre amarilla, muchos habitantes de clase alta abandonaron los barrios de San Telmo y Monserrat en la zona sur y se mudaron a La Recoleta, en la parte norte de la ciudad. Al convertirse en barrio de clase alta, el cementerio se convirtió en el último reposo de las familias de mayor prestigio y poder de Buenos Aires.

En las primeras décadas del siglo XX encontramos en La Recoleta la presencia de escultor españoles como Mateo Inurria y José Llaneces. Este último realizó el sepulcro del general Manuel Campos.

El escultor cordobés Mateo Inurria, del que se cumple en 1924 el centenario de su fallecimiento, realizó el sepulcro de Ángel Velaz, compuesto por un imponente grupo escultórico en el que plasmó una hierática figura de Cristo, de pie a modo de Ecce Homo, cuyo manto deja vislumbrar su tono geometrizado, recortándose sobre un fondo de teselas doradas que nos retrotraen al mundo bizantino. A sus pies se arrodillan dos figuras desnudas, una mujer y un guerrero, que simbolizan las luchas humanas. La mujer, símbolo del recuerdo a los muertos, sostiene una urna funeraria y ofrece flores. El hombre, con casco y escudo, simboliza la guerra.

Durante la década de 1920, Inurria va a tener proyección latinoamericana fundamentalmente a través de Argentina, donde se encontraba establecido como arquitecto su hermano Agustín, que actuó como mediador en este encargo. Es una de las últimas obras del artista, que falleció poco años después en Madrid.

FUENTES

https://recoletarhmbuenosaires.blogspot.com/

MAGAZ, María del Carmen y ARÉVALO, Beatriz. "El cementerio de la Recoleta. Atractivo turístico de la Ciudad de Buenos Aires", en Signos, n º 24, vol. 12, Buenos Aires, Universidad del Salvador, 1993, p. 34.

ZUERAS TORRENS, Francisco. El escultor Mateo Inurria, Diputación de Córdoba, pp. 99-100.