DECOR CARMELI
MÁLAGA (LOS MÁRTIRES)

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 
 

 

A diferencia de la imagen carmelita del Perchel, la Virgen del Carmen que se se venera en la parroquia malagueña de los Santos Mártires Ciriaco y Paula no sale en procesión, siendo objeto de una función religiosa en su honor y de un multitudinario besamanos en torno a su festividad, todo ello dentro del mismo templo.

La elección del 16 de julio como Día del Carmen obedece a la decisión tomada en 1376 por la Orden Carmelita, quienes para celebrar la aprobación de sus reglas por parte del Papa Honorio III en 1226, escogieron la mencionada fecha en recuerdo de la entrega del escapulario a San Simón Stock por parte de María. El Santo, que según la leyenda recibió el escapulario como símbolo de especial alianza, fue prior general de la congregación y uno de los mayores propagadores de la devoción carmelita por toda Europa.

Volviendo al icono malagueño, se trata probablemente de la talla de mayor calidad artística de cuantas existen en la ciudad sobre el tema. El busto suele fecharse en el siglo XVIII, pero nosotros, dadas las características formales de la obra, adelantamos su ejecución al último tercio de la centuria anterior, si bien admitimos que fuese retocada en el Setecientos. Las manos fueron labradas por Pedro Pérez Hidalgo en el año 1993.

La imagen de los Mártires comparte con la perchelera la paternidad del Niño, una primorosa creación del escultor cordobés Francisco Romero Zafra (1999) que, en este caso, abre los brazos para llamar la atención del espectador sobre la divina naturaleza de la Madre. Romero Zafra también restauró la Virgen entre 1999 y 2000.

 

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