También conocida como Hubertushuis, se halla edificada entre inmuebles del siglo XIX, en la Calle Plantage Middenlaan de Holanda. La vivienda, construida por el arquitecto holandés Aldo van Eyck (1918-1999) en 1980, se adapta a las demás fachadas al tiempo que se distingue de ellas por los vivos colores del arco iris.

El trabajo de Van Eyck sigue la tradición del modernismo humano impuesta en los años centrales del siglo XX en el urbanismo holandés. Dicha concepción arquitectónica apuesta por el carácter confortable del edificio, concebido como un hogar cálido tanto para los padres como para los hijos, sin elementos estresantes.

Como podemos observar, la caja de la escalera está en el punto central de la Casa Hubertus y puede verse desde la calle. El soporte es una construcción de hormigón de columnas y suelo, mientras que los tabiques interiores son de cristal. Las escaleras, terrazas y pasajes evitan la monotonía de líneas y le dan intimidad al conjunto, algo muy importante porque la casa tiene muchos y diversos habitantes.