MES DE JUNIO - NAZARENO DE LA SANGRE DE ANTEQUERA

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 
 

 

La imagen, titular de la Cofradía de los Estudiantes de la ciudad de Antequera (Málaga), se ha resistido siempre a la globalización estética que viene sufriendo la Semana Santa a nivel general y muestra una serie de peculiaridades que la hacen única en los desfiles penitenciales de hoy en día.

Labrada en torno a los años 1585-1590, su autoría sigue siendo actualmente una incógnita. Es efigie manierista y de bulto redondo, con la túnica de plegado acanalado perfectamente esculpida y policromada en la madera. A diferencia de otras efigies del periodo, el Nazareno antequerano no ha sufrido mutilación alguna para revestirla y conserva felizmente los estofados originales de las vestiduras.

Restaurado por Begoña Bravo (1996), procesiona bajo palio sostenido por ocho varales y sobre rica peana rococó del siglo XVIII, siguiendo las líneas del estilo antequerano. El Nazareno, en actitud itinerante, carga sobre su hombro izquierdo una cruz rectangular, de madera y plata, en postura inversa a la habitual.

Junto al exquisito modelado de los ropajes, destacan el tratamiento del cabello y la barba y la nobleza de un semblante extenuado por el esfuerzo. La sangre que le da título parte copiosamente de las heridas de la corona de espinas, recorre el rostro y se pierde por el cuello.

 

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