Fallecido el 25 de octubre del año 2006, el escultor José Vázquez Sánchez nació en la villa onubense de Ayamonte, en el año 1911. Su aprendizaje inicial tuvo lugar en su localidad natal, afincándose posteriormente en Sevilla, ciudad en la que vivió el resto de su vida. Vázquez Sánchez completó su formación con los imagineros Agustín Sánchez-Cid Agüero y, sobre todo, Sebastián Santos Rojas, cuyo estilo influiría notablemente en su trayectoria. El grueso de su producción se halla en la capital hispalense y, sobre todo, en varios municipios de la costa onubense (Isla Cristina, Ayamonte, Punta Umbría), donde también realizó tareas de restauración devocional en tallas seriamente dañadas por los disturbios de 1936.

Compañero y amigo de Antonio León Ortega, José Vázquez Sánchez dedicó estas sentidas palabras al imaginero ayamontino en 1996, con motivo del quinto aniversario de su fallecimiento:

"Antonio León fue un gran escultor y un hombre bueno. Le conocí en los años de la República. Eran tiempos difíciles para él. Pasado el año 1937 yo me vuelvo a Sevilla y él se marcha a Huelva a trabajar con Gómez del Castillo. Pasa algún tiempo y consigue trabajar por su cuenta en el estudio de San Cristóbal. Tuvimos siempre una gran relación como amigos y compañeros de profesión: nos consultábamos mucho sobre los trabajos, pues además de mantener una continua correspondencia escrita, yo iba todos los meses a Huelva y me acercaba por su estudio en la calle San Cristóbal, donde se conformaban verdaderas tertulias de intelectuales (...) Toda su sencillez y humildad se reflejaba en sus esculturas, ya que mirando una imagen suya, vemos a Antonio León Ortega. Fue un hombre muy romántico y de un nivel cultural grande. Vivía siempre muy agobiado por el trabajo, pues su obra fue muy extensa. Yo siempre estuve dispuesto a servir a este gran amigo y magnífico artista".

El busto de José Vázquez Sánchez, modelado con sobrio realismo en escayola ligeramente policromada, mide aproximadamente 50 cm y fue realizado por León Ortega entre 1935 y 1938, años en los que tiene lugar su aprendizaje junto al retratado y su posterior ingreso, en 1937, en el taller del sevillano Joaquín Gómez del Castillo, donde aprende fundamentalmente el arte de la policromía de imágenes y llegaría a llevar a la madera y policromar obras modeladas en barro por el maestro. Guardado por José Vázquez Sánchez hasta su muerte, el busto es conservado actualmente por los herederos del artista en la capital hispalense.