LA OBRA DE ANTONIO LEÓN ORTEGA (XIV)
SAN JUAN BAUTISTA (HUELVA)
Sergio Cabaco y Jesús Abades. Con información de Emilio Caro Rodríguez
La imagen, labrada en 1963 por Antonio León Ortega, responde a la iconografía habitual del Bautista cuando se le representa aislado, de ahí que aparezca vestido con piel de león, con barba y pelo largo, empuñando un báculo con forma de cruz que, a modo de banderola, suele contener la inscripción Ecce Agnus Dei (Este es el cordero de Dios) y al lado del cordero pascual, símbolo del sacrificio de Cristo. El artista ayamontino confiere tintes de gran realismo al simulacro del Precusor de la venida de Jesús, nexo de unión entre el Antiguo y Nuevo Testamento. Es por ello que lo modela con cabellos desgreñados, rasgos curtidos y carnes oscurecidas por el sol, todo propio de quien practica la condición de eremita en el desierto. El santo aparece de pie y representado en una de sus predicaciones al pueblo, algo que evidencia la elocuencia de su gesto y la expresión muy concentrada en su tarea. El escultor eleva suavemente la pierna izquierda, logrando de paso un discreto contrapposto, para insinuar el promontorio en la roca desde donde el Bautista se dirige a los asistentes. El cordero lo mira embelesado y complacido ante sus palabras. Pese a la innegable calidad de la escultura y a la popularidad del templo onubense de la Purísima Concepción donde recibe culto, hablamos de una las obras menos divulgadas y valoradas de Antonio León Ortega. Como no podía ser de otro modo, se halla colocada en la Capilla Bautismal de la iglesia. |
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