MATER DOLOROSA - PEDRO DE MENA
CALVARIO (MADRID)

Con información de Luis Luna Moreno (06/09/2024)


 

 
 
Foto: Archivo del Instituto Diego Velázquez (Madrid)

 

En la primera mitad del siglo XVII no se conocen en Castilla representaciones en busto de la Dolorosa, pudiéndose suponer que su aparición, a finales de siglo, se debe a la existencia y éxito de las figuras de Pedro de Mena, aunque, en ocasiones, no se sigan sus modelos iconográficos.

Los prototipos que más influyeron son la Dolorosa de las Descalzas de Madrid, fechada en 1673, y la Virgen del Calvario, de la real colegiata madrileña de San Isidro, grupo que debió ser muy conocido y apreciado por los escultores madrileños; de hecho, Juan Alonso Villabrille y Ron lo recuerda en su Dolorosa de Pravia, y Luis Salvador Carmona, además de recoger otras influencias, copió las tres figuras (Virgen María, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena) para Talavera de la Reina, si bien estas últimas solo se conocen por fotografías ya que fueron destruidas.

Este Calvario, desgraciadamente desaparecido (la fotografía que acompaña la publicación fue localizada nuevamente por Margarita Estella), ya lo cita Palomino, señalando que la Virgen, San Juan y la Magdalena son obras de Pedro de Mena, mientras que el Cristo crucificado es de otra mano.

Estas últimas referencias nos acerca al tema de la aceptación de modelos y fórmulas de Pedro de Mena en el siglo XVIII, y cómo su serena plasmación del dolor, su distante belleza, el tratamiento naturalista de los paños y el exquisito cuidado formal, pueden ser coincidentes con la estética academicista que, poco a poco, va dominando el arte español.

Asimismo, estas obras manifiestan cómo determinada piedad popular, aun ignorando el nombre del artista, se identifica con su concepto de arte religioso. Así, corrección académica y devoción del pueblo pueden ser los dos márgenes entre los que corre el arte de Pedro de Mena.

 

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FUENTES

AA.VV. Pedro de Mena y Castilla (catálogo de exposición), Valladolid, Museo Nacional de Escultura, 1989, p. 16.

 

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