La Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, situada en la localidad cordobesa de Lucena, antiguo Convento de los Padres Mínimos, alberga una espléndida escultura en bulto redondo de San Marcos, fechada hacia el año 1772 y antaño titular de la desaparecida ermita que llevaba su nombre.

Pese a hallarse vinculada al círculo de José de Medina (1), creemos que puede ser obra directa del maestro, perteneciendo, por las fechas que se le adjudican, a la última etapa artística del mismo. A dicha conclusión llegamos, tanto por las magníficas calidades que ofrece, especialmente en la riqueza de la policromía y los estofados en oro, como por la presencia de numerosos detalles habituales en su estilo, caso del característico movimiento de los paños hacia el lado izquierdo, presente en otras obras analizadas de Estepa o Antequera, o sus serenos rasgos faciales, de limpio acabado, similares, por ejemplo, a los de la estepeña Virgen del Valle.

Iconográficamente, el santo, restaurado en el año 2004, presenta los atributos típicos de su iconografía, insistiendo el autor sobre todo en su condición de redactor de los textos sagrados, no sólo por el evangelio y la pluma que sostiene, sino también por la inspiración divina que, al escribirlos, recibe del Espíritu Santo, posado en forma de paloma sobre su hombro.

Otras obras de Medina que se conservan en Lucena son la Virgen de la Aurora, interesante talla completa en posición sedente; los Ángeles y Evangelistas de la Capilla del Sagrario de la Parroquia de San Mateo (2), o la decoración escultórica del retablo mayor del Convento de San José y Santa Teresa (Carmelitas Descalzas), salvo el San José con el Niño que constituye su eje, relacionado con el granadino José de Risueño. El retablo, de líneas parecidas al del Carmen de Antequera, aunque mucho más sobrio, supone otra colaboración entre el entallador Antonio Primo y José de Medina, anterior en el tiempo (1738-1739) a la fábrica antequerana (3).

Por último, pese a la reciente atribución que la relaciona con Diego Márquez, no podemos dejar de mencionar la Virgen de las Angustias (imagen inferior), venerada en la Ermita de Santa Ana de la localidad de Estepa (Sevilla), una excelente obra pasionista de talla completa que representa el pasaje de la Piedad o Sexta Angustia de María, atribuida durante muchos años a José de Medina, cuya influencia estilística, aún no tratándose del autor de la escultura, queda patente en la misma; algo que, como hemos señalado varias veces, sucede siempre en las creaciones del antequerano Márquez.