HERMEN ANGLADA-CAMARASA


 

 

El pintor Hermen Anglada-Camarasa (Barcelona, 1871 – Port de Pollença, 1959) orientó su expresividad hacia la pintura, una pintura exuberante con un particular lenguaje basado en el color. Su época de formación se inicia en Cataluña. En estos primeros años, Hermen Anglada-Camarasa pinta y dibuja obras realistas con mucho detalle, casi siempre inspiradas en la naturaleza, tema que no vuelve a tratar hasta que llega a Mallorca.

En 1894 viaja a París, donde prosigue su formación. Allí bebe de la influencia del simbolismo, que abandona muy pronto para tomar su propio camino. La insistencia sobre un mismo motivo será un rasgo característico en las obras del artista, que vuelve una y otra vez sobre una imagen, hasta que logra la representación deseada.

Entre 1900 y 1906, realiza numerosos dibujos de academia y de modelos con cuidadosa perfección que tienen especial importancia para él. Frecuentemente, los expone junto a sus pinturas, otorgándoles así una particular categoría. Las obras del artista eran criticadas por su técnica de aplicación de los colores, y Anglada decide demostrar que su gusto por las formas evanescentes no tiene nada que ver con la falta de técnica que se le atribuye.

Años más tarde, Anglada-Camarasa sigue realizando estos estudios de tipo académico a fin de mantener la fluidez del trazo en la ejecución de sus figuras. El pintor nunca abandonó dicha práctica, ya que la consideraba esencial para la realización de sus pinturas con figuras.

Seducido por el ambiente de los locales de ocio de la noche parisina, Anglada-Camarasa crea obras innovadoras y personales, a veces polémicas, cuyos protagonistas son la luz eléctrica, el ambiente de las salas de baile y sus personajes. La figura femenina adquiere la máxima relevancia, con vestidos de telas vaporosas, sombreros espectaculares y siluetas etéreas. Anglada-Camarasa plasma los ambientes nocturnos directamente al óleo sobre pequeñas tablas de madera, o realiza apuntes y esbozos que le sirven para preparar composiciones más elaboradas.

 

 

La mayor parte de sus creaciones son retratos, figuras femeninas y composiciones con personajes populares. Los retratos femeninos fueron una constante en su trayectoria, en ocasiones escondidos bajo la riqueza del vestido o del entorno. Las composiciones tratan a menudo sobre temas folclóricos, con su visión particular y decorativa, tan alejada del costumbrismo realista de otros artistas de la época: fiestas y escenas gitanas, temas valencianos, escenas populares con campesinos o romerías como las que realizó en Mallorca y especialmente a partir del exilio.

La fascinación de Anglada-Camarasa por los temas gitanos se inicia en París, donde las danzas flamencas que se muestran en los locales de la capital le facilitan el contacto con este aspecto del folclore. Figuras de bailaoras y guitarristas, zambras y escenas de baile, apuntes de manos y estudios para composiciones constituyen buena muestra de la atracción que le provoca el tema.

Como hemos señalado anteriormente, el paisaje no adquiere protagonismo en la pintura de Anglada-Camarasa hasta que llega a Mallorca en 1914. Este viaje sin retorno, que el pintor decide realizar en el zenit de su carrera internacional, cambia radicalmente su orientación personal y profesional, así como la difusión artística de su obra y los temas de interés, centrados ahora en el paisaje: rocas, árboles, masías y detalles de la costa de Pollença se convertirán en el centro de la composición, en una nueva concepción del tema.

Los pinos, olivos y almeces de los caminos, las casas de Ternelles y de Son March, las rocas pintadas desde una barca y los originales fondos marinos pasan a ser los nuevos protagonistas de sus pinturas. Esta forma de entender el paisaje, cercano y sin espíritu de trascendencia, supone un punto de inflexión en la pintura mallorquina, que a partir de Anglada-Camarasa, y durante muchos años, hará del paisajismo una auténtica señal de identidad.

 

Exposición hasta el 17 de Octubre de 2010 en CaixaForum Palma
(Plaza de Weyler, nº 3, Palma de Mallorca) Horario: de lunes a sábado,
de 10:00 a 21:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 horas.

 

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