MANUEL BENEDITO


 

 

Manuel Benedito, probablemente el último gran maestro de la pintura figurativa española en la primera mitad del siglo XX, nació en Valencia el 25 de diciembre de 1875. Recibió su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y, después, con Joaquín Sorolla en su estudio madrileño. Entre los años 1900 y 1904 estuvo pensionado en la Academia Española de Bellas Artes de Roma. Durante ese periodo formativo, viajó por Italia, permaneciendo varios meses en la ciudad de Venecia, y también por Francia, Bélgica y Holanda donde compagina el trabajo con el estudio de las grandes obras de la pintura europea.

Establecido en Madrid, continúa su periplo europeo, ahora en Bretaña, tierra frecuentada por pintores. Allí realiza una serie importante de cuadros entre los que Madre Bretona (colección particular), primera medalla, y Pescadoras Bretonas (Museo del Prado) estuvieron presentes en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Después se enfrenta al paisaje y a los temas castellanos en Salvatierra de Tormes con El Sermón, del año 1908 (The Hispanic Society of America). Marcha a Holanda en el año 1909 donde pinta un conjunto de obras que figuran entre lo más destacado de su producción, como Viejos Holandeses (Fundación Manuel Benedito) y Sábado en Volendam (Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile).

Después de una estancia en París, donde realiza uno de sus más famosos cuadros, Retrato de Cleo de Meròde (imagen superior) del año 1910 (Fundación Banco Santander), se establece definitivamente en Madrid. A partir de este momento alternará las campañas de trabajo al aire libre con la actividad en el estudio, donde desarrolla una muy apreciada obra como retratista de personajes relevantes de la sociedad de su época (miembros de la aristocracia y burguesía, intelectuales, artistas). Benedito se reveló como un prolífico y exquisito pintor que tuvo la fortuna de disfrutar en vida de una fama y reconocimiento que traspasaron nuestras fronteras.

Precisamente fue su faceta de retratista la que le deparó fama y fortuna (los estudiosos de su obra reseñan la anécdota de que llegó a cobrar 150.000 pesetas en el año 1953 por un retrato, prácticamente el precio de un piso en el Barrio de Salamanca). En sus lienzos quedaron inmortalizados desde aristócratas hasta artistas y escritores, sin olvidar a sus amigos y a sus modelos preferidos. Ejemplos sobresalientes de este género (del que llegó a realizar más de 600 obras), son los retratos del General Weyler, Florencia en su jardín, Nelly, el monarca Alfonso XIII, el Duque de Alba o la popular artista Pastora Imperio.  

Asimismo, en la línea con otros grandes maestros que le precedieron en esta labor, colaboró estrechamente con la Real Fábrica de Tapices (tema de su discurso de recepción en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando). Dos de las obras más importantes que realizó como modelos de tapices, lo que implicaba un tipo de ejecución diferente, son Vuelta de la Montería (imagen inferior), del año 1913 (Fundación Banco Santander) y Corzo, del año 1924 (Museo de Bellas Artes de Valencia), de la que se exhibe igualmente el tapiz. Para comprender la dificultad de la tarea y la especificidad formal de los cuadros destinados a ser reproducidos como tapices, solo hay que observar, para poder apreciar las diferencias, algunos de los realizados con temas similares pero con registros exclusivamente pictóricos, como El Chico de la Gallina, del año 1913 (Museo Thyssen-Bornemisza) o Paisaje de Sierra Morena, del año 1912 (Fundación Manuel Benedito).

 

 

A partir del año 1927 Manuel Benedito, cuya particular mirada captó magistralmente la esencia de dos siglos, se establece definitivamente en su casa estudio del Barrio de Salamanca en Madrid (emplazamiento actual de la sede de la Fundación Manuel Benedito). Entre los temas pintados hasta los años 40 del siglo XX se encuentran retratos, tanto de encargo como de modelos o amistades, bodegones y composiciones con figuras y naturaleza. Manuel Benedito fue también un notable grabador y de hecho la misma semana de su fallecimiento, en 1963, presidió la Comisión de Calcografía de la Real Academia.

La vastísima producción del artista valenciano (los estudiosos de su obra consideran que pintó varios miles de piezas) se halla compuesta por paisajes, retratos, bodegones y cuadros de tema, en los que predominan el tamaño natural o las grandes composiciones. Entre las piezas recuperadas recientemente se encuentran un gran paisaje nocturno de Venecia, hallado por la Fundación Manuel Benedito en Buenos Aires (imagen inferior), o un misterioso retrato de caballero, de quien se desconoce el nombre, extraordinario en su ejecución y efecto.

Manuel Benedito supo aunar como pocos las influencias recibidas en sus años de formación (en particular, las de su maestro Sorolla) y las de los movimientos europeos en boga, de los que tuvo oportunidad de impregnarse durante sus viajes al extranjero. Los paisajes le interesaban, pero también el reflejo de "lo popular", del entorno, tanto los personajes y la introspección psicológica, como los atuendos, las calles, las casas, los colores de la tierra, del mar o del aire. Destacó igualmente en el género del bodegón, deslumbrado por la obra de los maestros españoles y holandeses del siglo XVII, y en las obras de temática venatoria, influido por la profesión de su padre y hermanos, todos ellos reputados taxidermistas.

Si bien buena parte de su producción se encuentra en manos privadas (los herederos de aquellos que encargaron sus trabajos), ello no ha impedido que importantes instituciones públicas y privadas de España y del mundo guarden o expongan sus obras. Por ejemplo, el Museo Nacional del Prado de Madrid, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Bellas Artes de Valencia, el Museo de Bellas Artes de Oviedo, el Museo Carmen Thyssen-Bornemisza de Málaga, la Hispanic Society of New York, el Museo de Nagasaki, la Fundación Banco de Santander, el Museo Nacional de Santiago de Chile, el Museo de Bellas Artes de México, el Museo de la Habana, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires o la Fundación Casa de Alba.

La Fundación Manuel Benedito consagra todos sus esfuerzos a la conservación y difusión de la obra del pintor valenciano, y con este propósito recibe anualmente en sus instalaciones (Calle Juan Bravo, nº 4, Madrid) la visita de cerca de 2.000 personas que, previamente, conciertan la cita. Actualmente, la Fundación realiza el ingente trabajo de elaborar un catálogo completo con la obra del autor, de la que actualmente hay referenciadas más de 2.000 piezas, y que verá la luz, al menos en lo que se refiere a su primera parte, en un futuro próximo.

 

 

Exposición Manuel Benedito en la Academia del 24 de septiembre al 27 de octubre de 2013 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Calle Alcalá, nº 13, Madrid). La muestra, comisariada por Pascual Masiá, es la primera antológica del autor que se celebra en Madrid tras su muerte, y la segunda si se cuenta la que tuvo lugar en Valencia en el año 2005. Reúne 55 piezas maestras reunidas por iniciativa de la Fundación Manuel Benedito: óleos sobre lienzo o tabla, dibujos a lápiz o carbón, acuarelas y grabados. Horario: martes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 horas; lunes, cerrado.

 

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