ALVIN LANGDON COBURN
A pesar del papel fundamental que ha desempeñado en la génesis de la fotografía vanguardista, Alvin Langdon Coburn (Boston, 1882 - Gales, 1966) sigue siendo uno de los artistas menos conocidos de su época. El principal motivo es que, a partir de 1920, y con la necesidad de escapar de Londres durante la Primera Guerra Mundial, se embarca en una vida nueva para dedicar cada vez más tiempo a aspectos místicos. Coburn se aparta intencionadamente del mundo de la fotografía para hacer del arte, la música y la religión su única ocupación. No obstante, nunca abandonará la práctica fotográfica. Pictorialista, simbolista e innovador, Coburn fue uno de los fotógrafos más destacados de la primera mitad del siglo XX. Fuertemente influido por Alfred Stieglitz y Fred Holland Day, dos de las más importantes figuras de la fotografía de su generación, Coburn se sitúa en la confluencia del pictorialismo de finales del siglo XIX con las expresiones fotográficas asociadas a los movimientos de vanguardia de principios del siglo XX. En 1898 se puso en contacto con su primo, Fred Holland Day, reconocido artista y fotógrafo que le inicia en la composición, la iluminación y el medio fotográfico, además de ampliar su educación en arte y literatura. El prestigio de Holland Day y su importante labor en impulsar el arte fotográfico en el medio anglosajón influye decisivamente en Coburn, y le anima a desarrollar una carrera en el campo de la fotografía artística. En 1899 Holland Day le invita a viajar a Londres para formar parte de la exposición The New School of American Photography en la Royal Photographic Society: una oportunidad excepcional para conocer el ambiente fotográfico y entrar en contacto con las corrientes estéticas de la época. La muestra, compuesta principalmente por fotógrafos pictorialistas de la Costa Este, reunía una selección de 375 fotografías de 42 artistas estadounidenses, como Gertrude Käsebier o Clarence H. White, e incluía nueve obras del propio Coburn, entonces un joven prometedor de diecisiete años. Su participación en el grupo Photo-Secession en 1902 (junto con Alfred Stieglitz y Edward Steichen) y en la hermandad fotográfica británica Linked Ring a partir de 1903, le permite establecer sólidos lazos con el mundo artístico de la época, tanto en Europa como en Estados Unidos. No obstante, su temática se alejaba de la asumida por estos grupos: Coburn se dedica a retratar el paisaje industrial y urbano creando imágenes futuristas con las que se adelanta en una década a los encuadres característicos de la Nueva Objetividad. |
En muy poco tiempo, Coburn gana fama como retratista magistral. Sus retratos prescinden totalmente de los accesorios y apuestas por la caracterización para captar la psicología de los personajes. La habilidad de Coburn para captar la personalidad de los retratados se basaba en la costumbre de documentarse sobre sus actividades creativas -ya fuera literatura, arte, o música- y la interacción entre lo intelectual, lo estético, lo espiritual y lo místico. Su trato cordial y aparentemente reservado hacía que muy pocos de sus clientes se negaran a ser fotografiados y, con frecuencia, accedían tras la recomendación de modelos anteriores. En 1904 retrata para la revista Metropolitan Magazine a destacadas personalidades del pensamiento y la creación del siglo XX, como los artistas Rodin y Matisse, el fotógrafo Stieglitz o los escritores Mark Twain y Henri James. Su primer modelo fue el escritor británico George Bernard Shaw, quien le puso en contacto con los intelectuales más destacados de la literatura anglosajona de su época. Esta excepcional serie de fotografías se materializará en dos publicaciones: Men of Mark (1913) y More Men of Mark (1922), cada una con 33 retratos. Un año después, su interés por la música contemporánea más vanguardista dará lugar a una serie de retratos de músicos. Esta treintena de retratos, a diferencia de sus anteriores series, nunca llegaría a publicarse. En 1912 decide establecerse en Londres, donde aprendió composición, pintura y grabado con Frank Brangwyn y fotograbado en la County Council School of Photo-Engraving. Más allá del prestigio adquirido con sus retratos, Coburn siente predilección por la representación de los edificios históricos de Londres y sus peculiares puentes, temas siempre presentes en su producción. Sus fotografías de Londres muestran una ciudad asombrosamente reconocible, pero exponen una perspectiva inédita para los fotógrafos británicos de la época. En 1906 emprende un viaje por el Mediterráneo. Fotografía, entre otros motivos, el puerto de la ciudad de Cádiz, los canales en Rotterdam y Venecia o el Vesubio (imagen superior) en Nápoles. En 1907 trabaja en las ilustraciones de varios libros. Coburn se convierte en ilustrador de las novelas del escritor norteamericano Henry James y realiza numerosas fotografías de la ciudad de Londres y de París. De esta forma redescubre las ciudades tal y como estaban dibujadas en su mente del propio artista, siguiendo el consejo de su amigo escritor. Su interés por la interdisciplinariedad en las artes le lleva a practicar con la técnica del fotograbado. Con la intención de publicar un libro al año sobre distintas ciudades usando esta técnica, instala un taller en su casa londinense para albergar las prensas de cobre. Londres, Edimburgo, Nueva York, Pittsburgh, París o Venecia eran algunas de las ciudades que deseaba formaran parte de este proyecto, aunque finalmente sólo conseguiría que se convirtieran en libros las tres primeras. En 1909 viaja a Niágara para fotografiar las cataratas totalmente congeladas. Logra capturar la inquietante soledad del lugar, libre de turistas y poblado de "dragones de hielo". Influido por las enseñanzas sobre arte oriental que había recibido de Ernest Fenollosa e inspirado por la estética japonesa, viaja a Pittsburgh, en 1910, para fotografiar el duro paisaje industrial con sus calderas y chimeneas humeantes. En esta ocasión, Coburn busca la esencia de la realidad, más que la realidad en sí, mediante la simplificación y la reducción de los detalles, con el fin de alcanzar una abstracción y un equilibrio perfectos. Entre sus negativos hay muchas imágenes fascinantes de paisajes industriales de Pittsburgh, Nueva York, Londres, Birmingham y Manchester. Sin embargo, se conservan muy pocas fotografías debido a que positivó un porcentaje muy reducido. |
En 1911, tras su regreso a Estados Unidos para una estancia de dos años, Coburn emprende una expedición fotográfica a California, Yosemite y el Gran Cañón. Este viaje, que será el último que realice a su país de nacimiento, se convertirá en una experiencia física y mental determinante en la orientación que tomará su carrera en el futuro. Su preferencia por el estudio de las formas anuncia una visión claramente moderna que reducirá la naturaleza a sus formas y estructuras más simples. El diseño, la masa, la geometría y la abstracción serán sus nuevas revelaciones: las fotografiará con absoluta certeza y pureza, y con una confianza estimulante, matizadas por un halo de espiritualidad mística. Durante la época que pasa en el oeste americano, entre 1911 y 1912, fotografía el Gran Cañón. La naturaleza tan característica del paisaje le obliga a alterar el punto de vista convencional y a hacer la toma desde un ángulo más elevado. Su dominio del proceso a la goma-platino mediante el uso de unos pigmentos específicos en la capa de goma, le permitió dotar a esta serie de los tonos de marrón rojizo tan característicos del paisaje americano. Estas vistas en picado del Gran Cañón inspiraron a Coburn, de regreso a Nueva York en 1912, para crear sus modernas fotografías tomadas desde lo alto de los rascacielos. Entre 1903 y 1912, Coburn fotografía la ciudad de Nueva York, donde además trabajó intermitentemente durante tres años. Su interés por las vistas urbanas de la ciudad, la maquinaria industrial y las zonas portuarias, le llevan a crear imágenes de perspectivas y encuadres poco frecuentes para la época (imagen superior). La vinculación de Coburn con el mundo de la vanguardia artística londinense posibilitó su participación en el efímero pero influyente movimiento vorticista británico, liderado por Wyndham Lewis y Ezra Pound entre 1914 y 1915. El movimiento estaba caracterizado por el arte geométrico y semiabstracto, basado en formas procedentes de máquinas y arquitectura, que le conferían muchas similitudes con el expresionismo, cubismo y futurismo. |
A finales de 1916, Coburn diseña el vortoscopio junto con Ezra Pound. Éste constaba de tres espejos rectangulares unidos que forman un triángulo parecido a un caleidoscopio. Los espejos actuaban como un prisma que dividía en varios segmentos la imagen formada por la luz. Coburn comenzó fotografiando a Pound junto a una ventana, pero enseguida empezó a tomar imágenes prismáticas de trozos de madera, cristal, marcos de ventanas y mesas de vidrio. La serie de retratos que Coburn realiza de Pound con la técnica de exposición múltiple entre 1914 y 1916, y las subsiguientes fotografías voticistas de 1916 y 1917, (imagen inferior, realizadas mediante el uso de una estructura de espejos caleidoscópicos) causan desconcierto e incomprensión en la época. Hoy en día, son consideradas como las primeras fotografías verdaderamente abstractas. A partir de 1919, empezó a fotografiar la catedral anglicana de Liverpool (imagen inferior, en construcción desde 1904 hasta 1978). Su objetivo es hacer vortografías de la vida real, capturando vigas de hierro y acero. Llama a estas fotografías de elevada estructura "prototipos de vortografía". Para realizarlas se aventura por empinados caminos de traviesas sin rieles hasta llegar a lugares que solo son adecuadamente accesibles para las aves. En 1923 Coburn conoce a un miembro de Orden Universal, una orden de tipo humanista a la que se entregará el resto de su vida. Tras la muerte de su madre, en 1930, vende su casa en Londres, destruye muchos negativos, dona una gran colección de copias a la Royal Photographic Society y se muda definitivamente a Harlech (Gales), obteniendo la ciudadanía británica en 1933. En 1962 se celebra una gran exposición de su obra en la Universidad de Reading, Reino Unido. En 1966 se publica su autobiografía; la editan Helmut y Alison Gernsheim con el título de Alvin Langdon Coburn Photografer: An Autobiography e incluye fotograbados del artista. El 23 de noviembre de ese mismo año, Coburn muere a la edad de ochenta y cuatro años en su casa de Rhos-on-Sea y es enterrado junto a su esposa Edith, fallecida en 1957, en el cementerio de la iglesia de Saint George de la parroquia de Llandrillo-yn-Rhos. |
Exposición Alvin Langdon Coburn en la Sala Bárbara de Braganza de la Fundación Mapfre hasta el 8 de febrero de 2015. Esta muestra ofrece una selección de 180 fotografías -en su mayor parte vintage- que dejan constancia de la tenacidad y coherencia de su evolución creativa. Entre las instituciones que han colaborado destacan la George Eastman House de Rochester y el National Media Museum de Bradford, cuyas colecciones de obras de Coburn son sin duda las más importantes del mundo. Asimismo, están presentes otras principales obras provenientes del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museum of Modern Art de Nueva York y la Galería 31 Studio, así como una importante colección particular también de Nueva York. Es, por tanto, la primera ocasión en que se reunirán sus fotografías más importantes procedentes de diferentes colecciones. Dirección y horario: Calle Bárbara de Braganza 13, Madrid; lunes, de 14:00 a 20:00 horas; martes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y días festivos, de 11:00 a 19:00 horas; días 24 y 31 de diciembre de 2014, de 10:00 a 14:00 horas; días 25 de diciembre de 2014 y 1 y 6 de enero de 2015, cerrado. |
www.lahornacina.com