El pintor neerlandés Frans Hals (Amberes, 1582-1583 - Haarlem, 1666) está considerado uno de los artistas más innovadores del siglo XVII por su estilo pictórico enérgico e impresionista. Con una audacia y un talento incomparables, Hals capturó la vitalidad de sus retratados, desde majestuosos regentes hasta alegres músicos y niños del pueblo, y los hizo vivir y respirar en los lienzos.

Ejemplos de lo anterior lo encontramos en obras como Caballero sonriente (imagen superior, 1624, Wallace Collection de Londres), considerada su pintura más célebre por los expertos; El banquete de los arcabuceros de la compañía militar de San Jorge de Haarlem (detalles en las imágenes inferiores, 1616) y Las regentes del asilo de ancianos de Haarlem (hacia 1664), ambas en el Museo Frans Hals de Haarlem, Joven pescador (hacia 1630, colección particular) o Chico sonriente (Hacia 1625, Mauritshuis de La Haya).

Frans Hals se propuso como pintor inmortalizar a sus retratados como las personas humanas que eran: vivas, respirando y con energía, de la manera más convincente posible. Lo logró desarrollando, deliberada y valientemente, un estilo único que era completamente original en la pintura holandesa del siglo XVII. Hals optó por utilizar una pincelada rápida para lograr esa sensación de dinamismo sin precedentes en sus retratos. Es además uno de los pocos artistas en la historia del arte occidental que ha pintado con éxito a personas sonriendo y riendo, un desafío que eludieron la mayoría de los pintores simplemente por su dificultad.

Los sujetos de las pinturas de Hals cobran aún más vida si exploramos sus identidades individuales y mundos sociales. Por ejemplo, Malle Babbe (hacia 1640, Gemäldegalerie de Berlín) debía ser una figura familiar en las calles de Haarlem, y Peeckelhaeringh (imagen inferior, hacia 1640, Museo Hessen Kassel) era, probablemente, un actor que estaba de gira en la ciudad con una compañía de teatro británica.

El estilo y la técnica originales de Hals le valieron en su época una reputación de virtuoso, estatus solo igualado por artistas como Rembrandt en los Países Bajos y Velázquez en España. Era un retratista muy solicitado entre la ciudadanía adinerada de Haarlem y otras ciudades de la región.

Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII, la obra de Hals cayó gradualmente en el olvido. No fue hasta el siglo XIX cuando el crítico de arte y periodista francés Théophile Thoré-Bürger (1807-1869) redescubrió su obra, así como la de Johannes Vermeer. Hasta la década de 1960, Frans Hals era considerado uno de los "tres grandes" de la pintura holandesa del siglo XVII, junto con Rembrandt y Vermeer. Más tarde, sin embargo, el interés por el artista decayó significativamente, razón suficiente para que el Rijksmuseum, la National Gallery de Londres y la Gemäldegalerie de Berlín lo colocaran en el pedestal más alto posible y mostraran cuán verdaderamente rompedor era como artista.

La pincelada expresiva y gestual del artista siempre ha sido considerada la cualidad más distintiva de su arte, de ahí que pueda describirse con razón como el precursor del Impresionismo. El estilo virtuoso de Hals influyó en artistas como Gustave Courbet, Édouard Manet, James McNeil Whistler, Claude Monet, Max Liebermann, Vincent van Gogh, John Singer Sargent y otros. Casi todos visitaron Haarlem para admirar sus retratos individuales y colectivos.

En cuanto a tipología, las pinturas de Hals pueden dividirse, a grandes rasgos, en tipos risueños y sonrientes, familias, retratos masculinos en solitario, pinturas pequeñas, retratos de grupo y pinturas colgantes.

Otras pinturas claves del artista son Retrato de Catharina Hooft con su niñera (1619-1620, Gemäldegalerie de Berlín), Grupo familiar en un paisaje (hacia 1646, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid), Vendedora de verduras y frutas (1630, colección particular) y Tocador de laúd (hacia 1623, Museo del Louvre de París).