JAUME HUGUET


 

 

Jaume Huguet (1412-1492) se inició en el arte de la pintura en el taller de su tío Pere Huguet, junto al cual se trasladó a Barcelona desde su localidad natal: el municipio tarraconense de Valls. Al poco tiempo, ya formaba parte el joven pintor del círculo de seguidores de Bernat Martorell.

Hacia el año 1448, cobró forma una de las obras más importantes de Huguet, el Tríptico de San Jorge, que pintó por encargo de la familia Cabrera. Tanto en esta obra como en las restantes que constituyen su catálogo, el pintor catalán reflejó la influencia de la pintura flamenca.

En La Piedad (1450), conservada en el Louvre, se produce sin embargo una alteración del estilo por la confluencia de varios rasgos dentro del estilo provenzal de Quarton. El paisaje, tan importante en sus primeras representaciones, será velado por un fondo de oro afiligranado, más en el estilo gótico francés, no obstante, la representaciones arquitectónicas llegan casi al trazado renacentista.

Pintó principalmente obras para las iglesias de Cataluña, muchas de ellas conservadas hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. El Altar de Sarriá (1455-1462) y el Altar de San Abdón y San Senén (1459-1460), así como La Epifanía para la Capilla de Santa Águeda, constituyen algunas de sus obras más representativas.

El estilo de Huguet, caracterizado según Azcárate Ristori por la elegancia y el sentimiento melancólico que imprimía a sus figuras, está poblado de referencias flamencas e italianas, si bien no está exento de las líneas elegantes y recatadas que distinguieron la pintura catalana de la época.

 

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