WILLEM DE KOONING
Willem de Kooning (Rotterdam, 1904 - East Hampton, 1997) abandonó la
escuela tempranamente y comenzó como aprendiz de unos pintores decorativos.
Asistió a clases de arte en la Academie voor Beeldende Kunsten en Technische
Wetenschappen de Rotterdam entre 1916 y 1921, y prosiguió su formación con el
artista, escenógrafo y diseñador Bernard Romein.
En 1926 emigró a Estados Unidos, donde desempeñó diversos empleos antes de poder dedicarse plenamente a la pintura. En la ciudad de Nueva York donde residió entre 1927 y 1963 comenzó a experimentar con técnicas avanzadas de abstracción, derivadas de Kandinsky y del último cubismo de Picasso.
En 1948 presentó en Nueva York su primera exposición individual, una serie de pinturas negras; obras abstractas en las que parecía licuar las formas cubistas. Fueron consideradas como una imagen perfecta del dinamismo de Nueva York y ejercieron una importante influencia entre los artistas de su generación.
Pronto sería una de las figuras clave del Expresionismo Abstracto, junto a Jackson Pollock, Barnett Newman, Philip Guston, Adolph Gottlieb, Clyfford Still, Robert Motherwell, Franz Kline y Mark Rothko. Generación artística que vería convertirse al Nueva York de la posguerra mundial en la capital internacional del arte.
En su plástica desarrollaron hasta extremos desconocidos, ideas provenientes de las primeras vanguardias, especialmente de la abstracción geométrica del cubismo y del surrealismo, también habían asimilado la influencia del existencialismo y el psicoanálisis. En su exploración de la expresividad del gesto y de la materia, el estilo de Willem de Kooning se caracterizó por amplias pinceladas, rápidas y vigorosas; barridos líquidos trazos enérgicos y muy empastados que crean ritmos abstractos.
A partir de los años 50, Willem de Kooning se convierte en el único miembro del grupo en cultivar la figura humana, primero masculina y después femenina, con su célebre serie de mujeres. En estas obras acabará con la jerarquía entre fondo y figura para producir unas imágenes violentas en las que libremente conjuga figuración y abstracción. Esta actitud de rechazo al dogma vanguardista, que no fue bien comprendida en su tiempo, ha hecho de él un artista sumamente influyente en nuestros días.
Sus temas más recurrentes fueron la mujer y el paisaje, motivos que abordó
de manera no representacional y que alternó con periodos abstractos a lo largo
de su trayectoria artística. Su profunda y constante investigación de la
figura femenina, en tanto que símbolo erótico, vampiresa o diosa de la
fertilidad, no supuso un abandono de la preocupación por los problemas
espaciales, así con su representación de la figura sin modelado y con
contornos rotos, creó un espacio ambiguo y caótico, donde se funden figura y
entorno.
En los años 60 y 70, Willem de Kooning realizó una serie de paisajes abstractos que,
en la década de los 80, serán reivindicados por diversos pintores de ámbito
internacional. Precisamente, en esta última década, de Kooning desarrollaría
un estilo tardío muy depurado, que puede compararse al de Matisse por su
sencillez y serenidad, en el que predominan la luz y el color, y los espacios
vacíos y meditativos. Además de su obra pictórica también realizó un buen número
de litografías y, desde el año 1969, esculturas figurativas en bronce.
En el año 1980 le fue otorgado junto al español Eduardo Chillida el premio Andrew W. Mellon en
Pittsburg. A su obra se le han dedicado exposiciones en los más importantes
museos de arte contemporáneo del mundo, caso del Stedelijk Museum de Amsterdam, la Tate
Gallery de Londres, el Whitney Museum y el Museum of Modern Art de Nueva York,
el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington D. C. y el Musée
National d’Art Moderne Centre Georges Pompidou de París.