Nacida en Argentina, Mercedes Lasarte ha vivido la mayor parte de su vida entre Estados Unidos y Europa. Estudió dibujo y pintura en la Universidad de California y en la Otis Parson’s School of Design. Continuó su formación en artes plásticas estudiando en profundidad la técnica de los impresionistas franceses y expresionistas alemanes. Gauguin y Matisse son sus pintores favoritos y tendrán una influencia definitiva en el desarrollo de su técnica pictórica. Apasionada viajera, ha tenido la oportunidad de estudiar a los mejores maestros en los museos y colecciones privadas más importantes del mundo.

Sus exposiciones se han visto en museos y galerías alrededor del mundo, como el de Sofía en Bulgaria, la Galería del Cisne en Madrid, junto a Sotheby’s en Londres y New York, en Beijing o el Museo Fader de Mendoza. Ante los ojos y lo pinceles de Mercedes Lasarte han posado todos los miembros de la familia Thyssen-Bornemisza, la princesa Tessa de Baviera, Don Juan de Borbón, padre del rey Juan Carlos, Katrina de Habsburgo, las princesas de Ruspoli y hasta el actor estadounidense Leonardo Di Caprio.

En su obra el color tiene una importancia fundamental. A la hora de concebir una obra, trata de delimitar primero las formas y el espacio, aunque durante el proceso creativo esto puede variar. En ocasiones es el color el que marca en un principio todo lo demás. Suele elegir a priori los colores que utilizará en una obra determinada, pero en ocasiones es la propia obra, su desarrollo, su evolución, lo que hace que cambie todo. Sus obras crecen y cambian según va elaborándolas, son dinámicas. Incluso puede ocurrir que en el proceso cambie las formas predeterminadas o los propios colores que había elegido.

Utiliza el color de una forma casi emotiva, más que naturalista. No le interesa tanto reproducir una realidad de forma fehaciente como hacerlo de forma emocional. Una forma determinada, un objeto o un espacio le pueden inspirar en el momento de su plasmación en el lienzo unos colores determinados que no tienen por qué ser los reales. No busca un efecto psicológico concreto en el observador haciendo esto, aunque Mercedes Lasarte cree que en sí, cada obra lo tiene. Cree que el color puede evocar los recuerdos íntimos de cada persona más rápidamente.

Los cuadros de Mercedes Lasarte buscan, por otro lado, la simplificación y una ingenuidad deliberada, tanto en el propio dibujo como en la composición de la obra. Sus obras producen serenidad en el espectador. Tienen un carácter evocador que le gusta mantener e inspirar. Le gustan las formas sensuales, evocar serenidad. La sensualidad está muy presente en sus cuadros, en los rostros, en los paisajes, con los colores que utilizo y con las formas que pinta.

Lasarte considera que el arte debe evolucionar, adaptarse y transmitir sensaciones, emociones y sentimientos. Como las personas, cree que el arte debe reinventarse continuamente. Ella procura hacerlo en cada obra que realiza, incluso experimentar con las técnicas, lo colores, las formas...

En la Colección Carmen Thyssen hay más de 200 obras de Mercedes Lasarte, amiga de la baronesa desde los años 70, adquiridas por la familia con los años. No sólo son retratos, también hay paisajes, bodegones, escenas deportivas llenas de energía, incluso obras abstractas. Carmen Cervera enseguida se sintió identificada con la obra de Lasarte, le atrajo desde el primer momento y afirma que le recuerdan momentos muy felices y le inspiran alegría y felicidad.

El barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza decía que la pintura de Mercedes Lasarte era placentera y decorativa. La estimaba mucho, le gustaba convivir con sus creaciones por el mismo motivo que a la baronesa viuda Carmen Thyssen, porque le inspiraban alegría, porque la pintura de Lasarte siempre ha sido concebida por su autora para los sentidos, emotiva y energética.