ANTONIO DE ORBARÁN
José Guillermo Rodríguez Escudero
Dentro del panorama artístico durante el segundo tercio del siglo XVII, se nos presenta un excepcional momento para la retablística en Canarias, y más concretamente en la afortunada Isla de La Palma.
Antonio de Orbarán -meritorio arquitecto, escultor y dorador, supuestamente de origen donostiarra- aparece en la historia del municipio palmero de Tijarafe en 1628, año en que este polifacético maestro ejecutó, probablemente, el monumental retablo mayor. Estamos ante la llamada figura cumbre de la primera generación de escultores barrocos asentados en el Archipiélago Canario, establecido concretamente en la Isla de La Palma desde el año 1625, con algunas interrupciones, hasta aproximadamente 1660.
Llegó a erigirse como una de las figuras más completas del Seiscientos quien, posiblemente, se ejercitó en el arte de tallar figuras con su progenitor Martín de Orbarán, entallador natural de la villa de Vergara (Guipúzcoa). Como hemos dicho, nos encontramos ante uno de los artistas más completos de cuantos trabajaron en el Archipiélago durante el siglo XVII. Se llegó a autotitular en su testamento "maestro mayor de todas las facultades que abarcan las Bellas Artes" y, efectivamente, trabajó en todos los campos del arte.
Su lugar de nacimiento está envuelto en un halo de misterio y controversia. Algún investigador ha llegado a confirmar su origen mexicano. Se basaba en el hecho de que cuando Orbarán contrae matrimonio, sus padres declaran en la partida ser vecinos de Puebla de los Ángeles. De ahí que Pedro Tarquis afirmara que "contribuyó al adelanto de nuestras artes plásticas, aportando las influencias del otro lado del Atlántico".
También se dijo que había nacido en La Palma, pero en ningún templo de la Isla Canaria se ha encontrado la correspondiente partida de bautismo. En cuanto a su origen vasco, el profesor Pérez Morera, señaló que, en el año 1651, el artista dio un poder a Miguel de Aristiegeta y Antonio Zuloaga para que "ante la Justicia de la Provincia de Guipúzcoa se hiciera información de la legitimidad, tanto de su persona como de su padre, abuelos y bisabuelos". Ello da pie para situarlo en Euskadi.
La ceremonia de su boda con Ana de Aguilar tuvo lugar en el suntuoso templo palmero del Salvador en 1625. Tres años más tarde consta que estaba trabajando en Tijarafe. A pesar de su extensa producción, gran parte de la misma ha desaparecido, o bien tan sólo se conservan algunos detalles. Un ejemplo lo tenemos en el retablo mayor del desaparecido convento de San Miguel de las Victorias de La Laguna, quemado junto al cenobio en el siglo XIX.
Después de unos años en Tenerife, regresa a La Palma en 1638, tras haber entablado una gran amistad con Martín de Andújar, llegado a Garachico en 1637. Éste fue discípulo de Juan Martínez Montañés y compañero de Alonso Cano. Con anterioridad a esa fecha, sin embargo, estuvo constantemente trabajando en la capital palmera. Según Calero y Quesada, "entre 1625 y 1635 (...) llevó a cabo el sobredorado del retablo mayor del convento franciscano de Santa Cruz, el tabernáculo de la ermita de N. S. de La Encarnación, más cuatro paños en la armadura de la nave principal de la iglesia matriz de El
Salvador". Nos informan también que estuvo por esas fechas trabajando en Mazo, Garafía y Puntagorda, siendo los principales trabajos a partir de 1640 y durante la década de 1650.
Una de sus más destacadas obras fue el magnífico retablo mayor del Salvador,
"famoso en toda Canarias", tristemente desaparecido después de las reformas neoclásicas que en el templo iniciaron el Beneficiado Díaz y el arquitecto Martín de Justa. En su disposición influyó la obra de Andújar, quien también ejecutó dos de las esculturas allí entronizadas. En la iglesia parroquial garafiana de
Nuestra Señora de La Luz, intervino como arquitecto y carpintero. Así mismo, en la ermita de San Sebastián de la capital de La Palma construyó los desaparecidos retablos de San Ildefonso y San Antonio Abad. En el actual altar mayor, sobre la hornacina principal, se conserva el relieve que coronaba el ático del primero, la "Imposición de la casulla a San Ildefonso".
Después de su largo y fructífero periplo palmero, el artista se trasladó a Tenerife en el año 1661, donde también le brindaron sustanciosas ofertas. Murió en el año 1671, en la Villa de La Orotava.