PEDRO ORRENTE
Juan José Franco Manzano para La Opinión de Murcia
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El Sacrificio de Isaac Óleo sobre lienzo |
Nació en el centro de Murcia capital el 18 de Abril del año 1580, y su partida de bautismo se halla en la Iglesia de Santa Catalina. Pedro Orrente es un gran pintor, de influencias venecianas acentuadas, cuyo aprendizaje se realiza en Toledo e Italia, y que en la historia del arte se le conoce como el "Bassano Spagnolo" por haber sido alumno aventajado del gran pintor bresciano y haber trabajado en su taller familiar.
Su padre era un comerciante de origen marsellés y le había educado en el taller de un pintor de la Murcia de finales del XVI llamado Juan de Arizmendi -según Alfonso Pérez Sánchez-. En el año 1600 ya hay constancia documental de que se encuentra en Toledo, donde entablará buenas relaciones con la familia del Greco, en especial con su hijo Jorge Manuel Theotokópoulos, del que será padrino de sus hijos.
En 1612 se casa en Murcia, según los documentos notariales existentes. Años después, en 1638, se refieren a él y a su mujer como "vecinos de Espinardo, en la ciudad de Murcia", además tiene en la capital dos casas y un huerto, y cuando le paga sus honorarios el deán de la Catedral primada de Toledo, a su nombre y apellidos añade "vecino de Murcia (1617)". El propio artista se proclama como pintor de "su majestad" Felipe III (Elías Tormo), y en Murcia capital optó para ocupar un cargo en el Tribunal del Santo Oficio en 1624.
Nos encontramos con el permiso del escultor e imaginero Francisco Salzillo, con el más internacional de los artistas murciano y el más veneciano del Barroco peninsular, que en su época de madurez además de la fuerte influencia de Bassano, e incluso Tintoretto, evolucionará hacia el tenebrismo, que influirá sobremanera en su obra, y el estilo formal y de color y la luz de Caravaggio (caso del San Sebastián de la Seu de Valencia).
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San Juan Crisóstomo Óleo sobre lienzo |
Orrente trabajó para los reyes de Felipe III y IV en la colección del Casón del Buen Retiro, en el Palacio de Santa Cruz de Toledo, San Isidoro de León y para las colecciones privadas del marqués de Leganés y Carlos I Estuardo. En Murcia dejó algún delicioso lienzo pastoril, conservado ahora en el MUBAM, como Adoración de los Pastores.
Hace mucho tiempo, estudiando en la Universidad de Murcia el libro de arte del doctor Angulo, aparte de la biografía del pintor murciano y de su rivalidad con Francisco Ribalta y su círculo (envidiaban a Orrente), teníamos que conocer sus principales obras y donde estaban depositadas al dedillo: El Milagro de Santa Leocadia (1600), Catedral de Toledo; El Martirio de San Sebastián (1616), Catedral de Valencia; La Multiplicación de los Panes y los Peces, Museo del Hermitage de San Petersburgo; La Curación del Paralítico, Museo Diocesano de Orihuela (Alicante); retablos de la localidad albaceteña de Yeste (1629); Los Discípulos de Emaús, Museo de Bellas Artes de Budapest; Labán dando alcance a Jacob, Museo Nacional del Prado de Madrid; El Nacimiento de Jesús (1630), Catedral de Toledo; El Sacrificio de Isaac (1645), Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Pedro Orrente muere en la ciudad de Valencia, en el año 1645, como artista consagrado, de segunda orden, en el siglo de oro español, pero tengamos en cuenta que en la siguiente generación surgen grandes genios de la pintura europea como Diego Velázquez, Bartolomé Esteban Murillo o Francisco de Zurbarán. Su Murcia natal, desde mi punto de vista, no le ha homenajeado como merece -sólo de modo colateral y residual-, y merecería en épocas de mayor auge un digno monumento y una excepcional exposición que podría titularse: Pedro Orrente, Murciano y su Época, como firma en su Autorretrato conservado en el Museo Nacional del Prado de Madrid.
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San Sebastián Óleo sobre lienzo |
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