HIPÓLITO PÉREZ CALVO

José Ángel Rivera de las Heras (07/01/2020)


 

 

Hipólito Pérez Calvo (Bercianos de Vidriales, Santibáñez de Vidriales, Zamora, 1936 - Zamora, 2009) mostró su inclinación por el arte muy tempranamente, pues ya en su infancia realizaba dibujos y modelaba figuras de barro. El maestro y el cura de su pueblo natal, conocedores de sus aptitudes, promovieron su formación artística, logrando que en 1951, con quince años, se trasladase a la capital zamorana, donde ingresó en la Escuela de Artes y Oficios, en la que se decantó por la madera y la talla decorativa.

Un año después, Pérez Calvo pasó a la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde compaginó el horario lectivo con las lecciones particulares de Tomás García y de Justiniano Casas, sus primeros maestros. Y en 1954 entró en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en la que recibió el magisterio y la influencia de los escultores Enrique Aniano Pérez Comendador, Juan Cristóbal González Quesada, Luis Marco Pérez y Juan Adsuara Ramos. Durante estos años fue becado por la Organización Sindical de Artesanía de Zamora y la Diputación Provincial de Zamora.

Tras obtener el título de Profesor de Dibujo, entre 1960 y 1963 trabajó como profesor ayudante en dos institutos madrileños y se dedicó a la realización de diversos encargos. De vuelta a Zamora, alternó la docencia como profesor de dibujo en el Instituto "María de Molina" y de expresión plástica en la Escuela Universitaria del Profesorado de E.G.B. con el trabajo en su estudio-taller. Asimismo, ejerció como director del Museo Provincial de Bellas Artes entre 1974 y 1978. Posteriormente, pasó a la ciudad de Salamanca, donde formó parte de la plantilla con que se inició la andadura de la Facultad de Bellas Artes como profesor de escultura, fue director del Departamento de Historia del Arte-Bellas Artes, y obtuvo el doctorado en 1991.

 

 

A lo largo de su trayectoria, fue distinguido con diversos reconocimientos, premios y galardones, nacionales e internacionales, participó en exposiciones individuales y colectivas en distintos puntos de España y del extranjero, y realizó numerosas obras para organismos públicos, instituciones y colecciones particulares.

Aunque Pérez Calvo realizó pequeñas incursiones en el campo de la abstracción, su obra es fundamentalmente figurativa. Su estilo se caracteriza por la sencillez, la suavidad, la serenidad y la delicadeza de las composiciones, el pleno dominio de las volumetrías y su capacidad para la simplificación formal. El equilibrio, la armonía y el ritmo de las figuras son aspectos que la vinculan con el arte clásico, pero la esquematización le proporciona una fuerza de modernidad sorprendente. De este modo, la noble herencia del pasado se ve superada y actualizada por la innovación personalísima de este autor.

Pérez Calvo realizó bustos, retratos, desnudos femeninos, maternidades, etcétera. Sus dos obras más emblemáticas son "Vaquero de tierras vidrialesas", con la que obtuvo el Premio Nacional de Escultura en 1958, y "El coloso de Castilla", premiado en un concurso público nacional en 1974. También cultivó la escultura urbana, de la que hay extraordinarios ejemplos en Zamora, Salamanca, La Bañeza, Tordesillas y Tábara.

 

 

De su obra religiosa destacan las imágenes y los pasos procesionales que talló para las semanas santas de León, La Bañeza, Salamanca, Toro y Zamora. En Toro, la "Virgen de la Soledad" (1958) y "Cristo cargando con la cruz" (1983) de la Cofradía de Jesús y Ánimas de Campanilla. Y en Zamora, "Las tres Marías y San Juan" (1971) de la Cofradía de Jesús Nazareno, "Jesús de Luz y Vida" (1989) de la Hermandad Penitencial de Nuestro Señor Jesús, Luz y Vida, y un "Cristo crucificado" (2004) de la Hermandad Penitencial de las Siete Palabras.

También realizó dos mesas procesionales en Zamora: la de la Cofradía de Jesús del Vía Crucis (1966), con ocho tableros en relieve representando escenas de la vida de Cristo, y la de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias (1968), con cuatro grupos y otros tantos relieves policromados. Ambas obras expresan magníficamente los postulados estéticos del escultor y dan sobrada cuenta de su talento artístico.

A estas obras hemos de añadir, también en la diócesis zamorana, el "Cristo de la Paz" (1977), el "Cristo crucificado" perteneciente al monasterio de Bernardas de Benavente, la "Virgen Niña" (1978) de la capilla del Instituto "María de Molina, y otro "Cristo crucificado" (1998) conservado en la parroquial de Valdescorriel.

 

 

Exposición Obra religiosa de Hipólito Pérez Calvo en el Museo Diocesano de Zamora (Iglesia de Santo Tomé. Plaza de Santo Tomás, 14) hasta el próximo mes de junio en horario de lunes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 horas.

 

 

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