JACKSON POLLOCK


 

 

El pintor estadounidense Jackson Pollock (Cody, 1912 - Long Island, 1956) fue la figura mítica del Expresionismo Abstracto. El artista que rompió el hielo, como dijo su colega Willem de Kooning. Formado junto a Thomas Hart Benton, frecuentó entre los años 1936 a 1939 el taller neoyorquino de David Siqueiros, en el que se experimentaba sobre todo con técnicas y materiales.

Pollock realizó desde el final de la Segunda Guerra Mundial una amplia serie de cuadros en los que desaparecía el pincel como elemento mediador de las decisiones pictóricas, sustituido por el goteo incontrolado de la pintura sobre el lienzo. El artista otorga un especial protagonismo al proceso de creación, al acto vital y emocional durante el cual se construye la obra.

En su estado puro, la action painting es una acción llevada a cabo con los procedimientos de la pintura, y el cuadro asume la función de resultado o residuo de este acto. Los artistas estadounidenses que, desde mediados de los años 50 del siglo XX, comenzaron a realizar happenings, como Rauschenberg, Dine o Kaprow, son unánimes en proclamar la actitud de Pollock ante la pintura, su desbordamiento del marco, como precursora inmediata de sus acciones.

Sus graves problemas con el alcoholismo le llevaron a someterse a tratamiento con un psicoanalista junguiano, quien sin duda le influyó en su trabajo. Era su primera época, en la que también conoció a John Graham, un pintor ruso que, como Hans Hoffmann, tuvo un papel activo en la difusión de la cultura artística de vanguardia. Así, un artículo suyo sobre Pablo Picasso y el arte primitivo fue un punto de referencia dentro de la corriente de interés que existía en su época por el mundo arcaico.

 

 
 
Moon Woman

 

De 1935 a 1942, Pollock trabajó para el Federal Art Project y, en 1943, realizó su primera exposición individual en la galería de Peggy Guggenheim, quien le proporcionó un contrato que le permitiría dedicarse intensamente a la pintura. A esta época pertenecen sus primeros paisajes, influidos por Benton en la pincelada y en el claroscuro y por el romanticismo de Ryder, el único maestro americano que le interesaba, según declaraciones recogidas en el año 1944.

En sus pinturas empezaron a aparecer temas rituales y totémicos en los que las ideas de Jung y la referencia a la cultura india se hacían patentes, como en Male and Female (1942), Pasiphae (1943), Guardians of the Secret (1943), Moon Woman (1942) y Moon Woman Cuts the Circle (1943).

La influencia de Picasso está muy presente en la obra de Pollock de estos años, e incluso en la posterior. No hay que olvidar que, por entonces, Picasso era muy admirado y su obra había sido objeto de notables exposiciones en Nueva York, y que la Guerra Civil española y el Guernica habían tenido particular resonancia entre los artistas neoyorquinos. Los colores vivos, la energía del trazo, la violencia gestual y las alusiones figurativas caracterizaron la obra de esta época, que se acostumbra situar entre 1942 y 1946.

Hacia el año 1947, Pollock empezó a utilizar la técnica del dripping (goteo), uno de los aspectos que más popularidad le ha dado. La figuración desaparece y lo que define sus pinturas es el gesto, el ritmo gráfico, violento y vital, en un rico arabesco de entretejidas filigranas. Es una pintura que realizaba sobre el suelo, y en la que a menudo utilizaba botes agujereados de los que chorreaba la pintura.

Más adelante explicó así su método de trabajo: "Suelo pintar sobre el suelo. Me gusta trabajar sobre una gran tela. Me siento mejor, más a gusto en un gran espacio. Con la tela sobre el suelo me siento más próximo al cuadro, yo formo parte de él. De esta manera puedo caminar alrededor, trabajar a partir de sus cuatro lados, y estar en el cuadro, como los indios del Oeste que trabajan sobre la arena".

Junto a la técnica del dripping, la importancia de la espontaneidad, el acto de pintar como una experiencia vital, rasgos que caracterizan las obras "clásicas" de Pollock, aparece también lo que se definió con el término all-over, es decir, un tipo de composición en el que no existe un centro de atención, no hay jerarquía de las formas; la pintura es como un "continuum" que podría expandirse más allá de los límites del lienzo. Es cierto que hay puntos de referencia en el último Monet, en el Miró de las Constelaciones, o en Mark Tobey, pero es a partir de Pollock cuando se intensificó este tipo de composición.

 

 
 
Autumn Rhythm

 

Lo importante, por tanto, en estas obras de Jackson Pollock no es sólo el procedimiento compositivo del all-over o la forma violenta de situar el color sobre la tela, a través del dripping, sino su posición física en el interior del cuadro, haciendo del artista plástico no sólo sujeto activo de la imagen, sino el propio tema de la obra. La posición del cuadro, colocado horizontalmente en el suelo en lugar de la posición vertical clásica, no implicaba sólo una nueva visualidad durante el trabajo pictórico -visualidad que, por otra parte, el propio Pollock traicionaba al exponer esas obras novedosas en una posición convencional en las paredes de las galerías de arte-, sino también el protagonismo que adquiría el diálogo físico y emocional entre el soporte y el cuerpo del artista.

El ritual de la pintura se plantea, en opinión de Pollock, como un continuo diálogo entre el artista y la obra: "Mi pintura no es de caballete. Raramente extiendo la tela antes de pintar. Prefiero sujetarla, sin abrirla, a la pared o al suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura (...) Sigo sin utilizar las herramientas típicas del pintor (...) prefiero palos, llanas, cuchillos y pintura goteante, o una espesa mezcla de arena y vidrios rotos con el añadido de otras materias raras. Cuando estoy en mi cuadro, no tengo conciencia de lo que estoy haciendo. Solamente después de un tiempo de lo que suele llamar "conocerse" veo lo que he estado haciendo. No temo hacer cambios, destruir la imagen, etc., porque el cuadro tiene vida propia. Lo que intento es que surja esa vida. Sólo cuando he perdido el contacto con el cuadro se produce el caos. De otro modo es armonía pura, un fácil dar y tomar, y la obra sale bien".

En obras como Alchemy (1947), Cathedral (1947), Number 5 (1948) o Autumn Rhythm (1950), se aprecia lo más característico de Pollock. A partir de los años 1950-1952, su color se redujo al blanco y negro, en composiciones en las que reaparecen rastros figurativos. Luego volvió al color, pero un aparente proceso autodestructivo había de culminar en el accidente automovilístico que le costó la vida.

La obra Uno (1950), por citar una de las últimas creaciones de Jackson Pollock, se basa en una composición cerrada y uniforme que cubre ininterrumpidamente toda la superficie de la tela. Este sistema compositivo implica, en primer lugar, que la acción de goteado de la pintura, y con ella, la introducción de un azar controlado, sea el elemento clave de la misma, mientras que la organización estructural de la imagen pasa a depender de ella; en segundo lugar, que el cuadro desborda el marco y se concibe visualmente como parte de otro mayor, virtualmente infinito. De hecho, Pollock pintaba a menudo en grandes lienzos en los que recortaba las partes más interesantes.

 

 
 
Sin Título

 

FUENTES: SAN MARTÍN, Francisco Javier. "Jackson Pollock", en El Triunfo de la Creación. El Arte del Siglo XX, volumen X de Ars Magna, Barcelona, 2011, pp. 254-258; A.A.V.V. "La vanguardia americana: el Expresionismo Abstracto", en El Arte en la Segunda Mitad del Siglo XX, Barcelona, 1998, pp. 186-188.

 

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