ALBUM... CADIZ

PENAS, LA MIRADA CONTEMPORÁNEA

Con información de Diego Toledo (18/09/2021)

La presente muestra nace en nuestra imaginación como un regalo de amor a la Virgen de las Penas por su futura Coronación Canónica. La idea consistía en reunir por primera vez en Cádiz a 27 artistas contemporáneos que nos ofreciesen su personal visión del icono mariano y de todo aquello que forma parte de su contexto, con la clara intención de contribuir a fomentar el arte y difundir su trabajo.

No existe nada nuevo bajo el sol que alumbra este tipo de exposiciones. Todo está inventado pero en esta ocasión considerábamos necesario hablar de la Virgen de las Penas y de la realidad que la rodea pasando todo este lenguaje contemporáneo por un filtro que no es otro que el de Cádiz y más concretamente el de la propia Viña, su heterodoxia y su falta de complejos, en un golpe de identidad que respirase verdad, la hiciese auténtica y no impostada. De igual forma, nos interesaba contar esta historia ofreciendo una visión mucho más general, abierta y contextualizada en nuestro tiempo de la relación existente entre el arte y las cofradías, alejándonos en la medida de lo posible de ciertos clichés cofrades para lo cual era necesario dar al artista absoluta libertad creativa.

Para conseguir esa visión de quién nos ve desde fuera, fue fundamental reunir a artistas que guardasen más bien poca o ninguna relación con el mundo de las cofradías, como los gaditanos Pepe Baena, Cecilio Chaves, Benítez Gabriel, María Luisa Pemán y José Dodero u otros como Daniel Franca, Lola Guerrera, Annuccia, José Luís Marín o Agustín Israel. Confrontamos la experiencia de Francisco Rovira, Fernando Prini, Jarén, Antonio Arnido, Antoine Cas o José Antonio Jiménez con el talento joven, la preparación y el futuro de artistas actuales como Ricardo Pueyo, Ignacio Pizarro Ortego, Rubén Terriza, Ricardo Gil, Manuel Bautista o un interesantísmo Pablo Flores (cuya obra conceptual con esa mirada de pena bien podía ser el cartel de la exposición).

Precisamente piezas como el ojo de Pablo, la corona de Lola, los pétalos de Annuccia, la maravillosa instalación de capirotes de Agustín Israel, la originalísima escultura de madera, espejo, cobre y zinc de Chemi Sánchez (inspirada en los modelos arquitectónicos de Richard Serra), o la cianotipia sobre caja de vacunas de Moderna de Santi León, marcan sonados acentos de contemporaneidad en un diálogo donde hay también momentos para el clasicismo más puro (el edículo mariano de Andrés Carrasco Teruel y Santiago Rodríguez López) y el romanticismo (en la belleza que esconde ese halo romántico y poético tan evocador de la obra de Ignacio Pizarro), sin olvidarnos de la mística y la espiritualidad que se desprende de cada una de las historias que hay detrás de las piezas de Jarén y José Luís Marín, dos catequesis plásticas.

Clasicismo, surrealismo, lenguaje fotográfico y publicitario, romanticismo, expresionismo abstracto o pop art, tienen cabida en un catálogo de obras que van desde la pintura en diferentes técnicas, a la cerámica, pasando por la escultura contemporánea, la fotografía o incluso las instalaciones y donde la independencia creativa del artista ha primado por encima de cualquier otro criterio.

Algo absolutamente necesario si queríamos conseguir de 27 miradas distintas una mirada global de libertad artística y una diversidad que a nuestro juicio rema a favor de obra, suma y enriquece el global de la muestra.

Sólo así, en estos términos, se podía contar esta historia.