Esta imagen mariana, realizada en el año 1989 e intervenida en varias ocasiones por su autor, el imaginero y docente cordobés Antonio Salto Román, discípulo del artista hispalense Antonio Joaquín Dubé de Luque, sigue el famoso prototipo de la dolorosa sevillana de la Esperanza Macarena (siglo XVII), tanto en la reproducción de sus facciones como en el modelado de las manos. Este año ha estrenado un manto procesional diseñado por el también cordobés Rafael de Rueda y bordado por el malagueño Joaquín Salcedo en hilo de oro a realce sobre terciopelo azul plomo, donde se han utilizado las técnicas más valoradas del bordado (hojilla, cetillo, media onda, ladrillo, mosqueta) y adornos como rocallas, cornucopias, flores de lis, chifones, salcillos y hojarasca, entre otros.